El deceso de un chofer de cisterna, que se dedicaba al transporte de combustible desde Paraguay hacia Bolivia, devela las precarias condiciones en las que estos conductores desempeñan su trabajo, a tal extremo que, según la denuncia de los dirigentes de este sector, se trata del quinto conductor que fallece en similares circunstancias.

Un reporte del diario ABC de Paraguay da cuenta de que centenares de conductores de cisternas (entre 300 y 500) se encontraban a la espera de cargar combustible, incluso desde hace un mes, en condiciones deplorables, sin servicios básicos adecuados, con alimentación deficiente y soportando elevadas temperaturas, propias de esta región.

La empresa Avispón, de Paraguay, como una forma de deslindar responsabilidades, señaló que el lugar que alquila a los transportistas bolivianos es para esperas de corta duración y no así para permanecer días y menos semanas.

Por su parte, el Gobierno boliviano aclaró que los transportistas nacionales fueron enviados por empresas privadas, no obstante, adelantó que enviarán una comisión para verificar en qué condiciones se encuentran estos trabajadores del volante.

Y si bien el tema de los transportistas afectados en Paraguay es privado, no está de más que el Gobierno interponga sus buenos oficios para apoyar en todo lo que esté en sus manos, ya sea realizando gestiones con el vecino país para que se pueda agilizar la entrega de combustible o brindando apoyo logístico a los choferes que se encuentran en tierras guaraníes.

El Gobierno debe tomar en cuenta que se trata de bolivianos que tienen el derecho de recibir asistencia técnica o humanitaria, si lo requieren, sin importar si es un asunto privado o público.

Otros gobiernos, cuando verifican que sus connacionales están en conflictos en otros países acuden en su ayuda, porque esa es la función que deben cumplir.

Además, el Gobierno tendrá que convocar a las empresas que estarían enviando a sus choferes con tanto tiempo de anticipación para cargar combustible y averiguar por qué se demora tanto en el carguío.

El trabajo de estos transportistas es duro porque tienen que permanecer en las carreteras durante varios días, bajo condiciones climáticas severas como elevadas temperaturas, sometidos a deshidratación y escasez de comida, entre otros, por lo que deberían contar con el apoyo logístico de las empresas que los envían y de la representación diplomática en el extranjero, en casos de emergencia.

No se debe perder de vista que la importación de diésel y gasolina permite mantener el mercado interno abastecido con estos combustibles que son fundamentales para los miles de vehículos que hay en el país, pero sobre todo para la agroindustria que requiere de este insumo para funcionar.

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Cisterneros en condiciones precarias

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11.04.2024

El deceso de un chofer de cisterna, que se dedicaba al transporte de combustible desde Paraguay hacia Bolivia, devela las precarias condiciones en las que estos conductores desempeñan su trabajo, a tal extremo que, según la denuncia de los dirigentes de este sector, se trata del quinto conductor que fallece en similares circunstancias.

Un reporte del diario ABC de Paraguay da cuenta de que centenares de conductores de cisternas (entre 300 y 500) se encontraban a la espera de cargar combustible, incluso desde hace un mes, en condiciones deplorables, sin servicios básicos adecuados, con alimentación deficiente y soportando elevadas temperaturas, propias de esta región.

La empresa........

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