Lo que no cuenta el Gobierno sobre la economía
Casi al finalizar este 2023, sin dudas, es importante hacer un balance y análisis objetivo de como estuvo nuestra economía este año, la cual estuvo plagada por una influencia poco positiva por el factor social (marchas, bloqueos, paros) y sobre todo político, traducido en problemas de gobernabilidad y gobernanza.
Entrando en materia, de la manera más resumida posible, el Gobierno tenía proyectado que el producto interno bruto (PIB) de Bolivia iba a crecer en 4,86%, luego ajustó esa previsión al 3%; sin embargo, es muy probable que nuestro país crezca alrededor del 1,5%, tal como lo indicaron el Banco Mundial (BM) y el FMI. Además, nuestra economía está en un claro proceso de desaceleración: en 2021 creció 6,11% y en 2022 en 3,48%. En el PGE 2024 se estipuló un crecimiento del 3,71%, un pronóstico en muy optimista y en contracorriente a las proyecciones internacionales.
Lo positivo por ahora, y que es sobredimensionado por el Gobierno, son sus indicadores estrella: inflación y desocupación. En el primer caso, la variación de Índice de Precios al Consumidor (IPC) de noviembre respecto de octubre fue de -0,003%. La inflación acumulada anual llega a 1,48%. En el caso del desempleo, la tasa de desocupación urbana a septiembre fue de 3,29%.
Si bien, estos datos sitúan positivamente al país en comparación con los demás de la región, sus metodologías de cálculo son cuestionables, y esos resultados difieren de lo que se ve en las calles del país.
Este año que termina no fue para nuestro comercio exterior. Según datos del Instituto Nacional de........
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