El peligro de una improvisada transición energética
A ese paladín del medio ambiente en que quiere convertirse Gustavo Petro, hay que bajarle la caña antes de que por supina ignorancia nos ponga a vivir como en la etapa preindustrial, alumbrándonos con velas de cebo. Resulta que la semana anterior la empresa Enel inauguró la planta de energía solar más grande del país en el corregimiento de La Loma, municipio de El Paso, departamento del Cesar, a la que Petro le dio la bienvenida con el cuento de que todas las termoeléctricas del país deberían ser remplazadas por energía renovable solar o eólica.
Eso puede sonar lógico y bonito, por supuesto, pero viniendo de la boca de un demagogo irredento, es necesario pasar la idea por el cedazo de la realidad y ponerle números para concluir que nuestra estructura energética no puede remplazarse por panelcitos solares sin correr el riesgo de quedar a oscuras. Para empezar, recordemos que todo complejo de generación eléctrica de origen solar, eólica, mareomotriz, etc., requiere un soporte de energía convencional (térmica, hídrica,........
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