La España delirante
Hay una España delirante. Si apenas había duda de ello, ahora se ha confirmado plenamente. Hay grupos dentro de esta España nuestra que pierden el Norte, el juicio y la compostura, precipitándose en el disparate, el desvarío, el vaneo, la insensatez y la alucinación. En este caso, los gerifaltes socialistas, acorralados por sus enjuagues, han entrado en una fase de delirio difícilmente salvable con terapias salvo que sean las carcelarias.
Aunque hay una España delirante, fuera de sí, quijotesca en su más infame sentido, por ejemplo la que vio Luis Alberto de Cuenca en el castillo propio de Don Rodrigo, o Don Rodríguez, de Lord Dunsany, o a la que temió Amadeo de Saboya tras el asesinato de Prim, en el relato de Pío Moa, los peores delirios se han concentrado ahora en la cúspide socialista española. Se ha dicho que lo peor del delirio político español es su fijación con el pasado, con Franco, vale, pero es mucho peor el delirio de quien se ve capaz de superar su Himalaya de mentiras simulando ante el público ser un domesticador de la verdad.
Lo han visto con toda claridad quienes tal vez deberían dirigir los destinos de un PP ano-nada-do. Me refiero a Isabel Díaz Ayuso y Cayetana Álvarez........© Libertad Digital
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