Así habló Zaratustra enamorado
Cuando Sánchez acabó el discurso, se mantuvo en pie con la mirada fija en el horizonte. No era el gesto de un hombre atribulado sino el de una persona con un control pleno de la situación. Es absurdo, en este nanosegundo de nuestro presente, buscar razones cabales de la meditación del presidente en el desierto del Sinaí en Moncloa, porque o no existen, o no las vamos a conocer. Sánchez, como el cerdo Napoleón de "Animal Farm" de Orwell, aspira únicamente al control absoluto del pensamiento, y para ello necesita agitar el avispero de los institutos básicos de la granja socialista, convirtiendo a María Jesús Montero en la libertad guiando al pueblo en Ferraz. Precisamente Orwell, que no se llamaba realmente así, era un socialista revenido y crítico, que anticipó, a través de sus porcinos, lo que sería la regla básica de la granja española. Un siglo después cobra sentido la frase del sátrapa Napoleón: "Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros". Que se lo digan a Puigdemont.
Caer en la trampa de la causalidad racional cuando quien actúa es un percusionista de emociones, es una misión estéril. Zaratustra Sánchez se dirigió en su Epifanía política a los........
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