Formas de arriesgar
No sé dónde leí la historia trágica de un torero que ya era de otra época en otra época. Lo que, mal mirado, quizá lo emparente con la nuestra un poco más. No recuerdo su nombre, ni su trayectoria. No sé siquiera si existió. Pero estoy seguro de que en algún momento mis amigos taurinos me ilustrarán. Por lo que retuve en su momento y reinvento ahora con horror, era algo así como todo un personaje, una de esas almas escurridizas que entienden que la falta de arte siempre se puede suplir con exceso de valor. En su caso concreto, la cosa se traducía en que, poco antes de retarse con una muerte negra y mitológica de quinientos kilos en el ruedo, se retaba con otra más liviana saltando de una avioneta que sobrevolaba la plaza en la que tenía que torear. Su desgracia ocurrió como por arte de magia, así que........
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