El efecto Cucurella
En la vida pasan cosas curiosísimas. Cosas como la melena de Cucurella, que se escapan a toda lógica pero que por ahí aparecen de repente, azotando nuestro escepticismo, obligándonos a darles algún tipo de explicación. Cosas como enrocarse en una idea absurda en medio de un debate encendido por el mero placer de la charanga y darse cuenta después de muchas horas de que, encima, puede ser que se tenga razón. O ya ni hablemos de su contrario: lanzarse al mar buscando algo y descubrir en cambio un nuevo continente; irse a Alemania sin delantero y volver de ella con una Eurocopa bajo el brazo; postularse a presidente declarando que España necesita urgentemente una regeneración democrática y comprobar, diez años y catorce instituciones parasitadas después, que en este país no hace falta ni fingir ciertos discursos para........
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