El día B
Compañeros, camaradas, puño en alto:
Lo fácil sería decir que nunca fue tan fácil salvar Europa. Basta con acudir a un colegio electoral este domingo y no equivocar el sobre. Ni siquiera es necesario madrugar. El calendario ha querido, además, que durante el trayecto podamos compararnos con aquellos jóvenes que dieron la vida por salvarla la última vez, hace ya ochenta años, en las playas normandas. Va a ser difícil no sentir el vértigo de la responsabilidad durante el trémulo paseo que nos lleve de las mesitas con panfletos a nuestra urna correspondiente, sabiendo que quizá no haya ametralladoras apostadas en mortíferos barrancos, pero sí un ideal que preservar y una amenaza a la que hacer frente si lo que queremos es garantizar nuestro futuro, que es el de todos, por supuesto, pero sobre todo el de Begoña Gómez.
Tiene sentido que........
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