No hay nada más tonto que un obrero de izquierdas
En la campaña electoral de las elecciones generales de 2008 abundaron los cartelitos con la cara bovina del entonces presidente Zapatero con el lema "Por el pleno empleo". Cuando finalizó el año el número de parados había aumentado en un millón de personas. Otro millón más se sumó en 2009. A principios de 2010 Zapatero anunció en el Congreso que el paro había tocado techo y que a partir de abril, de verdad de la buena, el empleo empezaría a crecer. Otro millón de parados más tarde, Zapatero acabó dimitiendo, dejando tras de sí un panorama desolador: más de cinco millones de desempleados en el país, la mayor tasa de paro de la historia. Dos millones de españoles se habían pasado al menos doce meses sin trabajar, de los que la mitad no cobraba prestación alguna. Antes de marcharse del gobierno de España para ofrecerle sus servicios al carnicero venezolano, Zetaparo tomó una serie de medidas draconianas: reducción por decreto del sueldo de los funcionarios (lo que se llamó eufemísticamente "eliminación de la paga extra") y aumento de la jubilación a los 67 años, entre otras muchas.
La historia oficial cuenta que Zapatero se vio obligado a tomar esas medidas (y otras, como la modificación del artículo 135 de la constitución) por culpa de una crisis en cuya génesis el PSOE no tuvo nada que ver. Fue un fenómeno meteorológico, impredecible, inevitable, como un tornado o una ola de calor, contra el que no cabía acción alguna. Es mentira, claro. Simplemente el PSOE se comportó con su incompetencia habitual, la misma de la que el señor X hizo gala en la........
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