Estás gordo porque comes mucho
"Se encenderán hogueras por afirmar que dos y dos son cuatro. Se desenvainarán espadas para probar que las hojas son verdes en verano". La cita es de Chesterton y es difícil no acordarse de ella prácticamente a diario. Mi hoguera de hoy es esta: estar obeso es malo. Objetivamente. No es una cuestión de opiniones, como no está sometido a juicio lo dañino de fumar o de beber a diario. Es malo y punto. Incrementa las probabilidades de padecer todo tipo de desgracias, desde infartos a cáncer, pasando por no caber en el asiento del autobús, que no es en sí una desgracia, pero da un poco de vergüencita, la verdad. Sin embargo, en el mundo que nos ha tocado vivir esta afirmación tan sencilla y obvia, "estar obeso es malo", suele comportar acusaciones de gordofobia, la típica palabra-policía con la que se escenifica la renuncia a la argumentación.
Igual que los negros pueden usar la N-Palabra sin que les escracheen porque para eso son racializados, yo, que soy usuario habitual de los extensores de cinturón en los aviones y que si me subo a una moto soy el que más pesa de los dos, puedo hablar de gordos sin demasiado reparo. Hace una década que el Channel 4 británico emitió Secret Eaters (Comilones en secreto), una serie de documentales en los que, al más puro estilo Gran Hermano, se........
© Libertad Digital
visit website