Un acuerdo de pronóstico reservado
Los socialistas nunca han creído en la independencia del poder judicial, una falta de convicción visible desde 1985, cuando enterraron a Montesquieu sin pena ni remordimiento. Los populares, por su lado, nunca creyeron en la independencia del poder judicial lo suficiente como para asegurarla. Así se estableció el turnismo en el reparto del Consejo General del Poder Judicial, que ha operado con distintas reglas, aunque siempre dentro del mismo juego. El sistema ha resultado pésimo para la separación de poderes, pero ni siquiera era bueno en su funcionamiento. El deseo de control, tan insaciable, y los abusos que fomenta un mecanismo de ese tipo necesariamente acaban por griparlo.
El acuerdo suscrito por PSOE y PP se mantiene en la lógica perversa del reparto, aunque la mitiga con más........
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