El cambio climático mata y no hay más que decir
Tenemos al presidente del Gobierno de nuevo en un avión rumbo a otra parte. No nos vamos a poner provincianos; si hay que ir, se va. Pero la agenda presidencial debería tener en cuenta sucesos imprevistos y catástrofes espantosas. No es que su presencia sea imprescindible. Se trata de lo simbólico. Los jefes de Gobierno, cuando en su país sucede un hecho trágico, suelen quedarse o, si están fuera, vuelven de inmediato. Pues ni lo uno ni lo otro. Los actos de todos los políticos implicados se exponen estos días al irritado ojo público y el viaje de Sánchez no está exento. Ahora es la Cumbre del Clima de Naciones Unidas y en Moncloa dicen que más que nunca, precisamente, hay que estar ahí. Seguro. Mejor en Bakú que en una bronca sesión de control sobre la respuesta a la DANA.
No se va a una cumbre internacional en unas circunstancias........
© Libertad Digital
visit website