Independencia, y mientras tanto, independentismo
El pujolismo tiene más vigencia que nunca. Aquello del peix al cove (más vale pájaro en mano que ciento volando) sigue más vivo que nunca, ahora encarnado en ERC. Lo que son las cosas, el independentismo folklórico de ERC de los noventa en el presente está encarnado por los herederos de Pujol (Junts y Aliança Catalana). O sea, ahora el copyright de la cháchara independentista lo encabeza Puigdemont, y el negocio de las independencia, o sea, el independentismo, ERC. Y en medio de ese juego de manos entre hereus de campo y butiguers de ciudad, más y más privilegios a costa del servicio.
Hubo un tiempo donde la política y el periodismo del resto de España no se enteraban o no se querían enterar. O las dos cosas a la vez. Parece que eso empieza a cambiar. Un torrente de buenos artículos, análisis ideológicamente coherentes y ganas de plantar cara a la desfachatez de la farsa catalanista fluye por los medios desenmascarando falacias y trampas. Qué alivio para viejos escribidores como el que les da la lata. Durante años hemos advertido desde Cataluña y todo lo conseguido ha sido, en el mejor de los casos, condescendencia; en el peor, cancelación (mucho antes de que este palabro alcanzara fortuna). Así que me permitiré no insistir en lo obvio que tan bien han expuesto Ignacio Varela (Sánchez pide el carné de ERC), Daniel Gascón (Ni federalistas, ni de izquierdas), o Javier Santacruz (Concierto económico solidario). Por poner tres ejemplos.
Hace ya muchos años, la Resistencia al nacionalismo en Cataluña trató inútilmente de señalar la impostura del primer Tripartito de Maragall (PSC/ERC/IC), que se sumó al Espanya ens roba, a la reforma del Estatut, a la inmersión y las multas lingüísticas en nombre del catalanismo progresista de la izquierda nacionalista. Afortunadamente hoy, muchos políticos y periodistas del resto de España, incluso el propio presidente de Castilla La Mancha, García-Page, se han........
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