Democracia guerracivilista
Ahora que la infamia se ha consumado, ¿es también el ciudadano corriente corresponsable de la traición de Sánchez? Lloremos con reflexiones lo que no hemos sabido defender como ciudadanos.
¿Cómo se atreve Pedro Sánchez a profanar la tragedia del 11-M, ignorando la memoria de sus muertos, para agitar las mentiras de Aznar y ocultar las propias? ¿Qué ser repugnante hace eso con la naturalidad del más inocente de los hombres? No es una simple proyección freudiana, es maldad. Esto ya no es política, es vandalismo político. Como la propia amnistía. A decir de la Comisión de Venecia.
En una cosa tiene razón, "de aquellos polvos, estos lodos". Los de Zapatero primero, y los suyos después. Desde luego, PP y PSOE, a 48 horas de las elecciones del 2004, sin información concluyente y toda la angustia electoral, mintieron a dúo para volcar las elecciones a su favor. Uno con la carta de ETA y otro, con la del yihadismo. Ganó la versión del PSOE: "Queremos un gobierno que no nos mienta". Si así fue entonces, por qué habríamos de soportar ahora que nos mienta el suyo?
¿Por qué el ciudadano corriente que detesta la mentira, la soporta, o incluso la encubre y justifica si el mentiroso es de los suyos? Hemos de resignarnos en política a degradarnos al nivel del hooligan futbolero? En éste la mentira es un bálsamo para soportar la derrota o justificar la victoria lograda con malas........
© Libertad Digital
visit website