Boye
Gonzalo Boye es listo. Muy listo. Una de las pocas veces que he visto descomponerse a un hombre tan sereno y tan frío como el antiguo eurodiputado de Ciudadanos (hoy en el PP) Adrián Vázquez, fue la vez que ambos iban a coincidir en un programa de televisión (catalana) para ventilar el futuro de Carles Puigdemont en el Parlamento Europeo. Boye da miedo porque, en el bidet lleno de pirañas de la actual política española, es un tiburón. Tiene mejor mordida, directa a la yugular.
Gonzalo Boye es abogado. Se licenció en Derecho por la UNED cuando estaba en la cárcel condenado por colaborar con ETA en el secuestro de Emiliano Revilla. No sé si eso tendría algo que ver con que acabara cumpliendo sólo seis de los catorce años por los que se le condenó.
Ahora podría volver al trullo (o no) por ayudar a blanquear capitales al narco Sito Miñanco. Veremos por dónde sale esta vez con su cuerpo en triunfo. De momento, entró en la sala de vistas acompañado por la plana mayor de Junts, formando un paseíllo de gala sólo comparable al de arropar a Puigdemont el día que llegó a Barcelona, protagonizó un mitin rapidito —a él le van los quickies, como la proclamación de la república catalana por espacio de segundos— y luego se dio a la fuga, planeada precisamente por Boye.
Con abogados así, ¿quién necesita jueces, leyes o Constituciones? ¿Quién necesita democracia? La estrategia es simple: uno hace lo que le da la gana, pasándose por el arco de triunfo (allá donde vimos a Puigdemont por última vez) el ordenamiento........
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