El feminista y la Constitución
Ella le espera en la terraza de una cafetería, lo ha citado porque necesita tener una conversación muy importante. Él llega sin demora y muy serio, con la angustia de quién no sabe a qué se va a enfrentar. Se sienta, lo mira a los ojos y le desvela el motivo de la cita: pedirle con contundencia que deje de decir delante de los amigos que es feminista, porque no lo es. A partir de ahí, todo el diálogo transcurre en torno a si es o no feminista; él se defiende con vehemencia, ella le rebate con argumentos del día a día, de la vida de una pareja con hijos, de lo cotidiano. Se trata de La loca y el feminista, uno de los cinco cortometrajes de ficción que competirán por un Goya. Sostener una postura es humano, hacerlo con mayor o menor razón es otra cosa. Trece minutos son los que dura el corto dirigido por Sandra Gallego; suficientes para evidenciar una realidad de lo más común: que él no es feminista, «en todo caso lo intenta ser». La mejor forma de defender el feminismo es ejerciéndolo. No hay teoría sin práctica y viceversa.
Que la igualdad es un principio básico........
© Levante
visit website