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Entrevista a Carissa Véliz. “Nos estamos cargando la democracia a través de las violaciones a la privacidad”

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19.12.2025

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En Privacidad es poder. Datos, vigilancia y libertad en la era digital, que acaba de publicar la editorial Debate, Carissa Véliz, profesora en la Facultad de Filosofía y el Instituto para la Ética en Inteligencia Artificial de la Universidad de Oxford, reivindica la privacidad y la soberanía digital de los individuos frente a la economía de la atención y el capitalismo de vigilancia de las grandes plataformas tecnológicas.

Hay mucha gente que piensa que nuestro móvil “nos escucha”, porque justo cuando hablamos de un producto nos aparece un anuncio sobre él. Pero muchos expertos en privacidad dicen que a estas empresas no les hace falta escucharnos para saberlo todo de nosotros.

El problema es que no nos damos cuenta de cuántos datos estamos cediendo. Y cuánto se puede inferir de esos datos. Conozco gente que me dice eso de que les salen anuncios de casas después de hablar con alguien sobre cambiarse de casa, por ejemplo. En esas ocasiones la persona había hecho búsquedas previas y es probable que sea una información que los anunciantes han inferido. Dicho lo cual, conozco un par de casos de gente fiable, por ejemplo un abogado que se dedica a la protección de datos. Tuvo una conversación con su hija en la que mencionó un término muy particular, cómo llamar a un perro. Nunca había hecho una búsqueda de ello antes ni hablado del concepto. Y sin embargo le salió un anuncio con un término parecido. Eso me hace dudar. Y ahí está el problema. Que no te puedo garantizar cómo se usan esos datos. Una aplicación del móvil te pide acceso a tus datos y te promete que no los usa, pero no hay ninguna policía que vigile que eso es así.

Una cosa que queda clara en su libro es que el llamado capitalismo de vigilancia, es decir, las plataformas tecnológicas que viven de la extracción y comercialización de datos privados, vive exclusivamente de la publicidad.

Sabemos que damos nuestros datos a cambio de publicidad, pero es un conocimiento muy abstracto. Si te dicen “vamos a usar tus datos para ofrecerte publicidad de lo que te gusta”, piensas que no está mal. Pero no sabes lo que hay detrás, los data brokers, cómo funcionan, qué consecuencias tienen para tu vida y la sociedad.

Hemos tardado mucho en darnos cuenta de que los servicios de Google no son gratis. En el libro cuenta cómo la empresa descubrió su modelo de negocio.

En 2001, Google tenía mucho éxito pero no habían encontrado una manera de ganar dinero. Tenían muchos inversores impacientes y estaban en una situación desesperada. Y querían extender el negocio, no querían ser como Wikipedia o una plataforma solo académica o una ONG. No se les ocurrió otra manera de financiarse que usar los datos de sus usuarios para ofrecerles publicidad personalizada. En el libro cuento cómo eran conscientes de los problemas éticos que eso conllevaba. En 1998, Sergey Brin y Larry Page escribieron un paper en el que criticaban otros buscadores y explicaban que si un buscador ofrece anuncios existe la tentación de traicionar a los usuarios, porque al final trabajas para tus clientes. Fueron inteligentes porque decidieron mantener su plan en secreto. No anunciaron nada, en parte para no asustar a los usuarios ni atraer la atención de los gobiernos. Pero también porque de verdad creían que no estaban haciendo nada malo con esos datos. Sí sabían que había diferentes intereses y problemas pero no eran conscientes de lo peligroso que podía llegar a ser.

Se suele decir que cedemos nuestra privacidad a cambio de un producto gratis o de mayor seguridad. Pero en el libro dice que es un falso dilema: la pérdida de privacidad no nos garantizó mayor seguridad contra el terrorismo, y los datos que tienen Google o Facebook sobre nosotros no son esenciales para el funcionamiento de sus productos.

Sí, es una falsa dicotomía para convencernos de que tenemos que ceder nuestros datos privados, y además para convencernos de que somos agentes conscientes de lo que hacemos, que es un trato justo. Pero en realidad cuando se nos contó esta historia el trato ya estaba hecho. Y luego ya no nos podíamos salir, porque es muy difícil dejar Facebook o Google. Y aunque lo dejes siguen recogiendo tus datos. Y en el sentido individual, es un trato muy injusto. Tú con tus datos personales no puedes hacer mucho. No te sirven de nada y si los vendieras ganarías algo así como doce céntimos al año. Pero ellos, al tener miles de millones de datos, pueden hacer mucho. Es una relación muy desigual y asimétrica.

La mayoría de las veces los datos son para financiar a la empresa y no para mejorar el producto. Para mejorar el producto se utilizan muchos menos datos y siempre se pueden borrar o tratar de una manera más segura.

Lo mismo pasa con los gobiernos. En principio se puede hacer una lectura más generosa. Tras el 11s, el gobierno de EEUU sí creía que al tener más datos iba a ser capaz de prevenir ataques terroristas. Resulta que no fue así. El terrorismo es más difícil de analizar, no es como los datos de los hábitos de consumo de los individuos. Y para eso es bueno el Big Data, para cuando tienes muchísimos datos. Pero tener tantos datos personales mal cuidados es un riesgo gigantesco para la seguridad nacional.

Un ejemplo reciente es el caso Pegasus. Se produjo una filtración de datos con 50.000 nombres de individuos que se cree que eran los objetivos de un programa llamado Pegasus. Lo produce una empresa de vigilancia israelí llamada nso Group. Ese programa se vende, en teoría, a gobiernos legítimos y democráticos para vigilar a criminales y demás. En la práctica se está viendo cada vez más que estas herramientas no solo se venden a gobiernos muy cuestionables como Arabia Saudí sino que acaban en manos de delincuentes directamente. En México los tienen los cárteles.

El software de Pegasus es peligroso porque no necesita acceder a tu teléfono físicamente para hackearte, solo necesita mandarte un mensaje o incluso hacerte una llamada que no contestes. Y con eso tiene total acceso a tu teléfono, a tus mensajes de WhatsApp, incluso a los mensajes encriptados de Signal. Puede grabar tus........

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