Borges ríe
Lentamente leo Borges (edición de Daniel Martino, Barcelona, Destino, 2006), las infinitas páginas del diario de Adolfo Bioy Casares en que figura y habla el poeta. El libro satisface cumplidamente esa necesidad vicaria de amistad de que hablaba José Bianco, la que aportan los diarios y las correspondencias: hallarse ilusoriamente en la intimidad de un amigo. Pródigo en esplendores y miserias, pues le acompañamos en sus furias y carcajadas, le vemos fatuo y quisquilloso, noble y canalla, aliviado de todo pudor, en la cocina y en pantuflas. Más allá de la alta, abundante respiración de ideas literarias, me divierte lo divertido que es Borges, un tío solemne convertido de pronto en un hombre vulgar, con su radical incorrección política, y leal a sus prejuicios: inteligente y sabio y demasiado humano.
Algunas escenas ejemplares:
– “‘¿Qué ocurriría en el mundo si no existiera el español?’ –preguntó inspirado el orador; él mismo contestó en seguida: ‘La gente tendría que hablar en otros idiomas.’”
– “Borges abre The Perfumed Garden y lee: ‘Women would succeed in making an elephant mount on the back of an ant, and would even succeed in making them copulate.’ He ahí la versión oriental, y desprovista de gracia, de con paciencia y con saliva, el elefante se la metió a la hormiga.”
– En algún momento, Borges calcula una Antología pornográfica en la que incluiría esta cuarteta:
La señora de Pérez y sus........
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