El acuerdo de investidura entre el PSC y ERC que anunció la cúpula de este último partido el pasado lunes se halla pendiente de aprobación por parte de su militancia durante el día de hoy. Si se obtiene, es probable que en pocos días tengamos un nuevo gobierno en la Generalitat presidido por Salvador Illa, lo cual constituiría ya de por sí una buena noticia. En primer lugar, porque sería el primer gobierno que se formaría en Catalunya superando la dinámica de bloques que se dio a partir del 2012. En segundo, porque se centraría en un programa alejado de ensoñaciones y orientado hacia la gestión de las prioridades que preocupan a la ciudadanía. Y, finalmente, porque evitaría una nueva convocatoria electoral, indeseable desde cualquier ángulo.

Otra ventaja colateral no menor sería que obligaría a Junts a reinventarse, posiblemente para volver a ocupar bajo un nuevo liderazgo el espacio de centroderecha nacionalista de corte pragmático que dejó huérfano la extinta Con­vergència.

Como contrapartida central al apoyo a la investidura, el acuerdo tiene la configuración de un nuevo marco de........

© La Vanguardia