Kahneman y el ‘Homo irrationalis’
En la década de los setenta, los psicólogos Kahneman y Tversky sacudieron los cimientos de la teoría económica moderna, cuando ambas disciplinas (la psicología y la economía) eran como el aceite y el agua. El cuestionamiento que hicieron de la conducta racional humana, dada por sentada por los economistas, se convirtió en un gesto revolucionario, similar al de Copérnico, Darwin o Einstein, y nos dieron un baño de realidad.
Conscientes ya de que no somos el centro del universo, que descendemos de los primates y que ni siquiera el tiempo es una magnitud absoluta, esta pareja de investigadores nos devolvió un reflejo poco complaciente de nosotros mismos, rehenes de sesgos cognitivos, falacias, trampas y atajos mentales (fácilmente influenciables, por tanto). Vinieron a decirnos que somos expertos en sacar conclusiones precipitadas y en juzgar con poca información, y que, si cometemos errores de juicio, es en gran medida porque estamos diseñados para que así sea.
Kahneman, en una imagen de 2012
Por si fuera poco, estos errores en la toma de decisiones son previsibles y ocurren sobre todo cuando dejamos que el “pensar rápido”........
© La Vanguardia
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