Vulnerables
Valencia no es el tercer mundo, pero se le parece. Lo ha escrito Salvador Enguix, delegado de La Vanguardia en la Comunitat Valenciana. Rompe el alma leerle estos días. A él y al resto de compañeros que con sus palabras nos asoman al Apocalipsis de fango que ha sembrado su tierra, la nuestra, de cadáveres y escombros.
Vivimos, quizás no pueda ser de otro modo, anclados en la creencia de la invulnerabilidad. Falsamente intocables. Tomamos nota de las desgracias lejanas que recurrentemente asolan el mundo convencidos de que eso no va con nosotros. A fin de cuentas, la providencia nos ha situado en la cara amable del planeta. Hasta el punto de que sólo somos capaces de imaginar centenares de muertos y desaparecidos atribuibles a un desastre natural en lugares lejanos que no son los que pisamos a diario. La costumbre fija mentalidades. Los indios, los chinos, los indonesios pueden morir a centenares. Nosotros no. Hasta hoy.
Oración adversativa la del amigo Enguix: Valencia no es el tercer mundo pero se le parece. Y no sólo por las........
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