¡Ojo con la cartera!
Tras registrarse más de cincuenta apuñalamientos por arma blanca durante el mes de agosto en Catalunya, que han merecido una generosa y quizás justificada atención mediática, es muy difícil que no se instale en la sociedad catalana una sensación de inseguridad. Si a ello le sumamos las ocupaciones ilegales en viviendas, organizadas por mafias que se aprovechan de los más desvalidos, y lo aliñamos con injustificables ejemplos de indeseables que cometen múltiples hurtos por los que son detenidos docenas de veces, pero que no pasan ni una noche entre rejas, el cóctel está servido. Solo falta que en este contexto se incluya la crisis migratoria que afecta a todos los países de nuestro entorno y se mezcle en el debate político la gestión de la policía para asumir que estamos ante un problema social de primera magnitud.
Una imagen vale más que mil palabras. ¿Quién no conoce a alguien a quien le han robado el móvil, un reloj o la bolsa que tenía en el coche, o le han contado que al amigo de un conocido le han ocupado el piso mientras estaba de vacaciones? Ante........
© La Vanguardia
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