El Cristo salió de la Sala Plena de la Corte Constitucional
Las grandes decisiones constitucionales en Colombia se han tomado bajo la mirada de un pequeño Cristo crucificado. Ha estado en la Sala Plena de la Corte Constitucional, donde se cayó la segunda reelección de Álvaro Uribe, se despenalizó el aborto y la dosis mínima de drogas, y se aprobó el matrimonio de parejas del mismo sexo.
El crucifijo, símbolo de la religión católica, que colgaba en el auditorio de esa Sala, salió de manera desapercibida y sin ceremonia, iniciando el mes de mayo. Y no fue por una de las múltiples tutelas, protestas o derechos de petición que han exigido quitarlo hace años, bajo el argumento de que Colombia es un estado laico.
El Cristo estuvo desde la primera sesión de la Corte en el Palacio de Justicia en 1999, como donación del entonces magistrado Vladimiro Naranjo, de extracción conservadora. 25 años después se removió por un inédito acuerdo de palabra entre los actuales nueve magistrados.
La presencia del ícono ha sido objeto de álgidos debates públicos. “El eterno debate por el Cristo de la Sala Plena de la Corte Constitucional”, tituló El Espectador en una nota de 2016. La discusión es vigente.
Los intentos judiciales por bajar el crucifijo de la Corte han tenido argumentos similares.
Por un lado, que su presencia puede entenderse como una demostración de sesgo estatal, específicamente de la jurisdicción constitucional, a favor de la religión católica. O, que, cuando los magistrados deciden representar sus creencias personales en el salón donde toman las decisiones, esas determinaciones pueden adoptarse con sustento en sus creencias, en perjuicio de las personas que no son católicas.
Y eso, han dicho los demandantes, va en contravía de la Constitución Política— cuya principal guardián es la Corte Constitucional— que define que Colombia es un Estado laico, es decir, que no........
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