Tecnocracia
La semana pasada, con Andrés Mejía sacamos un episodio de Terrenal en el que hablamos con Alf Onshuus, profesor de matemáticas de la Universidad de los Andes. Hablamos un poco de su vida, pero sobre todo hablamos de una forma de aproximarse a la realidad que se conoce con el término en inglés de “Factfulness”. Esta palabra no tiene una traducción exacta en español, pero la podríamos traducir como “enfoque basado en hechos”. Mi traducción favorita, sin embargo, es “conciencia factual”. Es una forma de ver el mundo basándose en los hechos, expresados en datos (obviamente medibles y contrastables), para analizar los problemas y para proponer soluciones.
El término fue popularizado por el salubrista sueco Hans Rosling, famoso por una tempranísima Ted Talk, y que, junto con su hijo y su nuera, creó una fundación y publicó un libro póstumo en 2018 para dar a conocer sus ideas.
El libro comienza con un quiz en el que se mide el conocimiento sobre algunos hechos del mundo y sus variaciones temporales (estadísticas demográficas, impacto del cambio climático, avances o retrocesos en pobreza, salud y educación, etc.) La gran mayoría de las personas respondemos mal las preguntas. Lo hacemos, sobre todo, porque tenemos un sesgo hacia lo negativo que nos hace pensar que las cosas están cada vez peor.
Por supuesto, la conciencia factual es neutral respecto al optimismo y al pesimismo. Tener una conciencia factual en 1935, por ejemplo, nos llevaría a concluir que el mundo no estaba yendo por buen camino, y que las decisiones del canciller alemán probablemente conducirían a una gran catástrofe y a una gran guerra. Personas con conciencia factual, como Rosling o como Bill Gates, dijeron años antes del Covid que una de las cosas a las que más le temían era a una pandemia causada por un virus respiratorio. Hoy en día, sin embargo, la conciencia factual debe reflejar cierto optimismo: el mundo,........
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