Una operación efectiva y discreta
No va a dejar de tener secuelas la violenta irrupción de la Embajada de México en Quito.
Es un hecho inaceptable que tiene que ser llevado a los organismos internacionales, a los cuales el Gobierno ha fustigado y menospreciado. El Presidente, en diversas ocasiones, ha señalado a instituciones como la OEA, pero ante una violación flagrante como la que ha vivido el país en Quito hemos encontrado a la organización como punto de apoyo para plantear las justificadas demandas.
Lo que es importante destacar es que la Cancillería ha jugado en el conflicto un papel importante, destacado, estratégico e inteligente. Lo más importante después del asalto a la embajada era proteger al personal diplomático ante lo que estaba pasando era imprescindible atender.
Más allá del encono y la rabia que produjo el hecho había que enfriarse para proteger al personal y traerlos de manera directa o a través de un tercer país a México. Las cosas se hicieron bien y la canciller fue llevando una........
© La Razón
visit website