Sainete y lamento boliviano
Hace una semana, vimos con asombro una serie de imágenes de ésas que pensamos que estaban superadas y que quisiéramos que se hubieran quedado definitivamente en el penoso pasado latinoamericano: en una asonada militar, un tanque irrumpió en el Palacio Quemado, en la Plaza Murillo, centro neurálgico del poder político en Bolivia.
¿Qué se sabe hasta el momento de ese penoso episodio? Que el hoy destituido y preso jefe del Ejército, Juan José Zúñiga, llevó a cabo el alzamiento militar para “restablecer la democracia” y “liberar a los presos políticos”. Por declaraciones posteriores del propio Zúñiga, se sugiere que el episodio fue posiblemente acordado con el presidente Luis Arce o que, al menos, fue de su conocimiento, en una maniobra para incrementar su alicaída aprobación. Así que, a........
© La Razón
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