La forma en que la aplanadora legislativa de Morena aprobó la reforma al Poder Judicial — en la madrugada de ayer en la Sala de Armas— detonó en sectores de oposición la decisión de radicalizar la protesta social en las calles, apoyados principalmente en los jóvenes y trabajadores de los órganos jurisdiccionales.

El objetivo, me dijeron, es captar la atención internacional sobre la “amenaza” que representa la reforma para la democracia mexicana y con ello fortalecer una ola de presión desde el exterior contra el gobierno de AMLO al tiempo de garantizar que en el debate y votación que se dará en el Senado el 10 de septiembre ningún legislador de oposición se “doble”.

Esto ante el escenario de que Morena con 62 senadores más los 14 del Verde y ocho del PT suman 85 votos, no logran las dos terceras partes del pleno del Senado de la República, les falta un voto aunque el líder morenista en la cámara alta Adán Augusto López desliza que lo logran y que, interpretando la ley, con lo que tienen alcanzan esa mayoría calificada.

En su operación, el oficialismo sembró la versión en torno a dos senadores del PRI, deslizando que apoyarían la reforma. Se trata de Manlio Fabio Beltrones y Cynthia López Castro. Cuando corrió el rumor la senadora difundió un video en el que dejaba claro que votaría en contra; el equipo de Beltrones acusó manipulación y recordó que su decisión es en contra de la iniciativa.

Pero en ese énfasis de ganar la narrativa, de uno y otro lado los estrategas de la 4T se dieron cuenta de que si bien cuentan con los votos suficientes para avasallar en la Cámara de Diputados y están a uno de lograrlo en el Senado de la República, con la movilizaciones de trabajadores y el paro en el Poder Judicial y la........

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