¡Cuán triste es la realidad!
Cuando era candidato a la presidencia del Gobierno, en 2016, Pedro Sánchez dijo: "Prometo transparencia, porque una democracia sólida requiere de un gobierno que garantice una gestión transparente del Estado". Prometió transparencia en la gestión y, la verdad, nunca hemos sabido menos acerca de los tejes y manejes de un presidente del Gobierno de España, de lo que sabemos del actual.
Por mucho que nos quiera hacer creer ahora la señora Alegría, la actual portavoz del Gobierno, cuando habla de transparencia, los informes que, sobre ocultación de datos y falta de respuesta a preguntas formuladas en las cámaras, maneja el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno (CTBG), sitúan al presidente Sánchez como el más opaco e incumplidor de la Ley de Transparencia de cuantos presidentes hemos tenido desde que se instauró la democracia.
Desde que fue investido presidente por primera vez, junio de 2018, Pedro Sánchez solo cuenta lo que le interesa contar (seguimos sin saber por qué dio el giro que dio a la política sobre el Sahara Occidental…), y, como tiene por costumbre, cuando dice algo ¡cuidado! porque no tardará en desdecirse, decir que no dijo lo que dijo, o simplemente........
© La Opinión de Zamora
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