Hace unos meses el follón político se centró en que se iba a introducir en el Congreso de los Diputados de España el derecho al uso de las lenguas cooficiales (catalán, gallego y vasco).

Dada mi experiencia como cargo público (fueron 16 años en los que siempre estuve en la oposición y sólo, o bien en el Ayuntamiento de Zamora o bien en la Diputación) conozco de primera mano que en general los grupos no se escuchan (o al menos los que gobiernan no hacen caso de los otros).

Por tanto, cuando algunos partidos (fundamentalmente de derechas en este caso) por eso de llevar la contraria decían que no era necesario incorporar esas lenguas porque todos tenían como lenguaje común para entenderse el español (o castellano), me partía de risa, pues pensaba. "Que cínicos, si les importa un pepino lo que diga el contrario, si incluso cada parlamentario podría hablar una lengua distinta porque nadie presta oídos a lo que dice el rival".

Sirva de ejemplo que: en estos días la Diputación de Zamora (PP) ha cerrado Sodeza (SOciedad para el DEsarrollo de ZAmora) una sociedad semiexterna que cada vez perdía más dinero y cada vez resultaba más descabellada, pues hacía polígonos industriales en los pueblos para que luego en ellos crecieran empresas como hongos por arte de birlibirloque. Y claro, na de na.

Pues bien, año tras año, proponía que se cerrara, y como nadie escuchaba, no hacían ni caso. Hasta ahora que como no tenían que llevarle la contraria a nadie…la clausuraron

Ello por no hablar de la polémica sobre dónde instalar el Museo de Arte Contemporáneo Baltasar Lobo en Zamora. Cuestión que no repetimos para no aburrir, pero donde el sistema de: "qué dice ese que yo me opongo", ha sido la brújula de los partidos.

Así que lo dicho, en el Parlamento Español se puede incorporar hasta el arameo en los debates y nada cambiará.

Y llegamos así a lo que va a ser la demostración de lo dicho.

No tienen ustedes por qué saber que está en marcha lo que podríamos llamar Política de Restauración de los Cauces Fluviales, pero está.

Al parecer la ciencia ha descubierto que para combatir hasta la sequia es bueno que los ríos (grandes o pequeños) vuelvan a su salvajismo.

Ello supone retirar todos los obstáculos artificiales que en ellos se han construido (salvo presas en uso o construcciones fluviales que aun tengan una rentabilidad, como facilitar el regadío).

Entre esas construcciones se definen como "presas" las construcciones transversales al cauce del río (siendo las más clásicas los "saltos" para producción de electricidad).

Y se definen como "azudes" las construcciones que van longitudinal y oblicuamente al cauce, sin cortarlo, porque sólo pretenden desviar una cierta cantidad de agua, para que pase por donde están los molinos o las aceñas, y mover sus aspas.

En Zamora sabemos de sobra distinguir ambos tipos de construcciones acuáticas. De hecho tenemos ante nuestras narices dos o tres azudes, cuya misión en el pasado fue hacer que parte del agua que lleva el Duero pasara por las aceñas de Olivares, las de Cabañales, y me parece recordar otra en Pinilla (junto a un actual mesón).

Pero como ninguna de esas aceñas funciona ya, puede ocurrir que se proponga derribar los azudes (o las azudas como por acá decimos), naciendo así un nuevo motivo de discordia del tipo: "Qué dices tú que yo me opongo". Así que, que empiecen la fiesta y las apuestas: Si el partido A dice que se tiren, ¿qué dirá el B?

QOSHE - Pues ya veréis cuando llegue lo de los azudes (o las azudas) - Francisco Molina
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Pues ya veréis cuando llegue lo de los azudes (o las azudas)

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31.01.2024

Hace unos meses el follón político se centró en que se iba a introducir en el Congreso de los Diputados de España el derecho al uso de las lenguas cooficiales (catalán, gallego y vasco).

Dada mi experiencia como cargo público (fueron 16 años en los que siempre estuve en la oposición y sólo, o bien en el Ayuntamiento de Zamora o bien en la Diputación) conozco de primera mano que en general los grupos no se escuchan (o al menos los que gobiernan no hacen caso de los otros).

Por tanto, cuando algunos partidos (fundamentalmente de derechas en este caso) por eso de llevar la contraria decían que no era necesario incorporar esas lenguas porque todos tenían como lenguaje común para entenderse el español (o castellano), me partía de risa, pues pensaba. "Que cínicos, si les importa un pepino lo que diga el contrario, si incluso cada parlamentario podría........

© La Opinión de Zamora


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