El sabor de la Navidad
Cuando la Navidad asoma en nuestro pequeño horizonte… y se sitúa cerca de nosotros, rodeándonos con sus luces y soniquetes, además de olores a mazapanes y turrón, envuelto todo ello en viento frío, revoltoso e inquieto, y lluvia rebelde, que se mueve como una película, que escudriña todos los poros de nuestra vestimenta, y se introduce dentro de nuestra ropa, a diferencia de como llueve en Castilla, aquí generalmente llueve de abajo para arriba, trepando la humedad por nuestro cuerpo, hasta cubrirnos con su sonriente manto… toda esta belleza, la hace como un espacio de tiempo singular, diferente, distinto, que impresiona que se mueve por otros patrones de comportamiento, con relojes singulares que marcan los límites de otra forma, y que por ello nos estigmatiza, señalando con fuerza su presencia, a través de diferentes actos que nuestra memoria evocará, de forma fresca y espontánea, eternamente.
En estos días, cada año, mi abuelo paterno, hombre de paz, de generosidad y amor, siempre llegaba a casa a desayunar sopas de ajo con todos nosotros, eran obviamente sopas especiales, primero por sus condimentos, y después por el amor que se........
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