Ni longanimidad ni palinodia
De más en más me centellean ausencias que estarán por siempre unidas a una Navidad que cada año es más larga, aunque el calendario se empeñe en demostrarme que sigue teniendo los mismos días. La Navidad, poco a poco, va perdiendo sus esencias y con esa pérdida se nos apagan unas emociones y se nos encienden otras. El pesebre de la adoración, aquel paritorio de fortuna tan presente en la cultura católica, fue posible gracias a que toda la oferta turística de Belén se había desbordado aquel sagrado día. Puede, qui lo sa, que aquel sucedido fuera la primera mención expresa de que un overcontracting mal gestionado irremediablemente conlleva su consiguiente overbooking.
El overcontracting es una técnica, el overbooking un accidente dimanante de la mala gestión del overcontracting. Aquellos tiempos, los del pesebre betlemita, ya eran tiempos de desacuerdos y muertes a manos de los que pretendían catequizar al mundo demostrando así que ellos eran los que la tenían más grande. La razón, obviamente me refiero a la razón, amable leyente, a esa razón........
© La Opinión de Málaga
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