Sigue la matanza de la población civil palestina en Gaza. A las víctimas y a sus asesinos (dada la enorme superioridad militar del Ejército israelí) cualquier otra calificación jurídico-penal resultaría mendaz y hasta provocativa. De momento, van contados algo más de 26.000 muertos y 7.000 desaparecidos, cuyos cuerpos, se calcula, continúan bajo los escombros de los edificios destrozados por la aviación y la artillería hebrea.

Las cifras de la devastación alcanzan cantidades incomparables con las de otras guerras recientes (Irak, Siria, Ucrania), sobre todo, si tenemos en cuenta el poco tiempo transcurrido desde el inicio de las hostilidades. Y a esos horribles datos hay que sumar el número de heridos, cerca de 70.000, muchos de los cuales están condenados a morir por falta de atención médica, ya que los hospitales han pasado a ser objetivo militar.

Por si faltaba alguna prueba para calificar de “genocidio” la intervención bélica del jefe de Gobierno de Israel en la franja de Gaza, ahí tenemos la evidencia de que el 80% de los muertos son mujeres y niños y no combatientes de Hamás, como se nos quiso hacer creer.

En todos los sucesos donde hay peligro para los seres humanos, el instinto de conservación de la especie nos lleva a gritar: “¡Las mujeres y los niños primero!”. Son valores convenidos que nadie discute porque “vienen de fábrica”, como los automóviles. Y hay que ser muy desnaturalizado parar ir en contra de algo tan sustancial.

En el cine, que tantas cosas nos enseñó, asistimos a escenas impresionantes en las que el Tyrone Power de turno guiaba a través de la selva, de un mar hostil o de una extensa pradera infestada de tribus salvajes a un pelotón de gente, algo torpe, hasta llegar a territorio seguro.

La noticia sobre el porcentaje de mujeres y de niños muertos en la invasión de Gaza es realmente estremecedora, porque nos lleva a deducir que la matanza de Palestina tiene una intención genocida. El 80% de 26.000 asesinados es una barbaridad, y aún debería ser más brutal si sospecháramos que asesinando deliberadamente a mujeres y niños estamos negando el futuro de la nación palestina.

El drama al que asistimos desde la “incómoda comodidad”, como escribió el profesor Rof Carballo, tiene resonancias bíblicas. Aquí no hay matanza de Inocentes, ni ángeles exterminadores, ni ninguna otra de las muchas violencias que se describen en el famoso Libro.

QOSHE - Las mujeres y los niños primero - José Manuel Ponte
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Las mujeres y los niños primero

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30.01.2024

Sigue la matanza de la población civil palestina en Gaza. A las víctimas y a sus asesinos (dada la enorme superioridad militar del Ejército israelí) cualquier otra calificación jurídico-penal resultaría mendaz y hasta provocativa. De momento, van contados algo más de 26.000 muertos y 7.000 desaparecidos, cuyos cuerpos, se calcula, continúan bajo los escombros de los edificios destrozados por la aviación y la artillería hebrea.

Las cifras de la devastación alcanzan cantidades incomparables con las de otras guerras recientes (Irak, Siria, Ucrania), sobre todo, si tenemos en cuenta el poco tiempo........

© La Opinión A Coruña


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