El concierto de año nuevo
Un año más, como viene siendo, la Nochevieja y su correspondiente sobrecena y sobremesa se prolonga con exceso y campanadas, sonando y saludando al año nuevo que nace entre vivas, cohetes y confeti. Variadas habrán sido las músicas en los salones familiares o de hostelería, con inevitables disonancias de televisiones fuera de tono, cuñaos y demás aficionados a la discordancia. También habrá quien haya tenido la suerte de contar con la fanfarria de niños pequeños dando nota repetida de alegría, como es mi caso. Puedo decir que esa música infantil y bailable tuvo su continuidad en el salón de casa (tras el corto paréntesis de sueño) con las melodías y valses que venían de Viena, retransmitidas en directo. Ya he ocupado mi plaza de sofá y a pesar del cansancio subsiguiente de hospedero tuve a bien sentarme y levantarme varias veces a recoger las copas y botellas del último brindis de la noche: un instrumental de cristal desafinado pidiendo a gritos su refugio en el........
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