Elecciones francesas: no pasaron, pero pasarán
Mucha gente se alegró del resultado de las elecciones francesas. Pero la izquierda ha puesto el listón tan bajo, que, olvidándose del programa electoral, considera un triunfo el haber evitado un gobierno de la ultraderecha. Ya no se trata de llevar a cabo mis planteamientos, sino de evitar que otro lleve a cabo los suyos. No cabe más poca autoestima y no hay prueba más evidente de su imposibilidad de cambiar las cosas, vendiendo a la gente lo único que pueden vender: ilusión.
Rápido, las izquierdas europeas, incluidas las del Estado español, igual de impotentes y claudicantes que el Frente Popular francés, se lanzaron, eufóricas, en tromba, a decir: «Los franceses dijeron no al avance de la ultraderecha». Cuando a mí, lo que me gustaría, lo que de verdad supondría un cambio y recuperar la credibilidad, es oír: “Las izquierdas dijeron sí al avance hacia el socialismo”. Pero de esto, olvídense, pues, aunque pudieran, ni quieren, ni saben.
La incapacidad de la izquierda
Porque seamos serios y analicemos toda la información, no sólo la que interese enseñar.
Que los fascistas hayan quedado relegados a la tercera posición en estas elecciones francesas, sólo es producto de la ley y la matemática electoral. La realidad es que el partido más votado ha sido el de los fascistas de Marie Le Pen, con más de diez millones de votos (si se tienen en cuenta aquellos que han ido a parar a candidatos de Els Republicans aliados de la formación de Le Pen), muchos más de los siete millones obtenidos por el Frente Popular o los seis del partido de Macron.
Llamarle a esto “triunfo” de la izquierda daría risa si no fuera por la gravedad que suponen esos diez millones de votos fascistas. Y siento mucho coincidir en algo con la fascista........
© La Marea
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