Ecuador: instalando la idea de la inevitabilidad del estado de excepción
Ecuador: degradación alarmante
La Jornada
Ecuador entró desde el domingo en una vorágine de violencia y descomposición del estado de derecho. Ese día, Adolfo Macías, alias Fito, capo del grupo más grande del crimen organizado en el país, se fugó de la cárcel regional de Guayaquil, capital económica y ciudad más poblada del país. La fuga fue particularmente escandalosa porque se produjo horas antes de su traslado a una penitenciaría de máxima seguridad, lo cual exhibió por enésima ocasión el control delictivo sobre el sistema carcelario y de procuración de justicia. De hecho, Fito ya se encontraba en la prisión de La Roca, adonde lo llevarían de vuelta el fin desemana, pero un juez ordenó regresarlo a la regional pese a que era de conocimiento público que dicho centro era su feudo y desde ahí dirigía todas las operaciones de su banda.
El presidente Daniel Noboa reaccionó a la evasión del capo decretando un estado de excepción durante 60 días a fin de que las fuerzas armadas pudieran ingresar a las prisiones y acabar con el autogobierno generalizado que prima en ellas. Sin embargo, esta medida, que incluye un toque de queda de las 11 de la noche a las 5 de la mañana, no impidió la fuga de otro cabecilla criminal, Fabricio Colón Pico, detenido apenas el viernes pasado.
Tampoco pudo evitar una oleada de violencia que incluyó el secuestro de al menos siete policías, explosiones contra una estación policial, la vivienda del presidente de la Corte Nacional, así como vehículos incendiados. Ayer, la situación se salió por completo de cauce con una serie de actos que desafiaron abiertamente a las autoridades: la Universidad de Guayaquil y el hospital Teodoro Maldonado de la misma urbe fueron invadidos por delincuentes en busca de tomar rehenes, hubo saqueos en el centro histórico de la capital, un tiroteo cerca del palacio de gobierno, y el estudio de una televisora fue asaltado por un grupo de encapuchados armados durante una transmisión en directo.
Noboa redobló la apuesta por una escalada armada al clasificar a 22 grupos del crimen organizado trasnacional como organizaciones terroristas y actores no estatales beligerantes, ordenar a las fuerzas militares neutralizarlos y declarar la existencia de un........
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