Don Antonio Machado, en su poema “La tierra de Alvargonzález” en el apartado “El castigo”, pone boca de los asesinos de su padre la siguiente frase: “Hermano, qué mal hicimos. Demos lo viejo al olvido” le responde el otro asesino. En el año 213 en emperador de China emitió un decreto condenando a la hoguera el “Libro de la poesía”, el “Libro de la historia” y “Los discursos de las Cien escuelas”; todo el saber de la tradición china. Y sentenció a muerte a quien se atreviera a dialogar en público en torno a estos libros citados.”Quienes se sirvan de la antigüedad para denigrar los tiempos presentes, serán ejecutados junto con todos sus parientes”.

Podemos afirmar que al capitalismo no le hace falta ningún decreto contra la memoria porque la propia consistencia del mercado borra permanentemente el pasado como antigualla o escoria en favor de un presente superior. Vivir en el presente, en la intensidad de la inmediatez, de los sobresaltos sincrónicos, es la oferta que muchos jóvenes acatan como simbolismo de ser guay.

La inversión capitalista del modelo antiguo respeta la misma lógica, en virtud de la cual o todo ha pasado........

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