La Transición, unas notas críticas
Creo que no estará de más evocar la “gesta” de los intelectuales orgánicos afines a los partidos dinásticos y algunas instituciones instaladas (PP, C´s, PRISA, RAH, etc.) publicaron una suerte de “Manifiesto” que la Transición lo santificó todo (es lo que ha venido a decir Carmen Calvo), y casi convierten el llamado “Valle de los Caídos” en un “una parte del patrimonio histórico-artístico de la etapa más reciente de España”.
El texto repudiaba todo lo que la Europa antifascista por no hablar el Sudáfrica después del “apartheid”.
En su lugar asimilan la Constitución en la parte que más les interesa: la de un borrón y cuenta nueva en la que los vencedores fueron exonerados de cualquier responsabilidad y en sus puestos, ahora bajo el paraguas de una monarquía votada por Franco. Entre los abajo firmantes, hombres (y casi ninguna mujer), franquistas notorios (un Milán del Bosch la familia de golpistas más añeja del país, el biógrafo de Franco), neoliberales (Stanley Payne) y revisionistas como Pío Moa, pero también una franja de izquierdistas “arrepentidos”: Jorge M. Reverte, Joaquín Leguina, el antaño ácrata Fernando Savater, el lejano tiernista Javier Nart, y uno cuantos más modernizados en la nómina de Albert Rivera, de triste memoria.
El mal está claro: es la Ley de Memoria Histórica y dan base argumental para esa “Ley de concordia” de la presume Pablo Casado según la cual Franco sigue en un panteón faraónico y los republicanos asesinados en la cuneta para escándalo del mundo. Una ley por encima de todas las leyes internacionales de crímenes contra la humanidad, un pequeño detalle que ni tan siquiera les ha parecido digno de mencionar, en cuanto a las “fosas comunes” de republicanos, ni mención. No quieren problemas con los de arriba.
La clave de la Transición fue, por decirlo con palabras de Manuel Sacristán, que se hizo a la medida del capital financiero, y de la nomenclatura aggiornada.
Siguiendo la estrategia gatopardiana de la USA-CIA del “colchón”, ya que lo de otro Pinochet no podía ser, sobre todo después del 74 portugués. En la escenificación de este proyecto, Felipe se puso el traje de pana y asumió el discurso alternativo tal como mostró en la “moción de censura” contra Suárez. Toda la “hemeroteca” de la época habla por sí misma y se puede sintetizar en el rechazo........
© Kaos en la red
visit website