Ellos son los que sobran (II y final)
Todo el mundo sabe lo que hacen los cocineros pretendidamente vanguardistas cuando deconstruyen hábilmente alguna comida: destrozan la idea original, añaden ingredientes inoportunos, cambian las reglas del tiempo y los sabores, y la convierten en otra cosa más sofisticada, más cara y peor, y la venden como un progreso culinario para comensales ignorantes que siempre se quedan a media vela contemplando el plato. Y esto es lo que está pasando en Europa con las democracias, que se han quedado a media vela a gran velocidad porque la han tomado por asalto esa clase de cocineros y nos la han dejado tan deconstruida que conserva el nombre de ingredientes camuflados de tal manera, que es difícil imaginar su origen. Igualito en todo. Derechos humanos, libertades varias, humanismo, cristianismo y otros de esa cuerda son hábilmente deconstruidos.
Todo este tinglado industrial y bancario – que otra cosa no es- llamado Unión Europea está tan lejos de una Europa de los pueblos como Netanyahu, Milei, Biden, Trump, Putin, Zelenski, Abascal, Meloni, Van der Layen, y sus primos hermanos en todo el planeta, esa peligrosa familia que anda creciendo y deconstruyendo sin cesar todo ingrediente democrático que cae en sus manos.
Cada uno de los cocineros que tenemos aquí es incapaz de superar su politiqueo de alto nivel y mezquinos principios entre altos intereses encontrados, tradiciones rancias, hipocresías sobre religión, moral y derechos humanos, zancadillas entre sí con patatas calientes como la inmigración, nacionalismos rancios, y hasta regionalismos pasados de fecha histórica, donde se amalgaman repúblicas y monarquías, gobiernos laicos con gobiernos proteccionistas de las Iglesias y muchos etc. En sus fogones de alto nivel conviven el Medievo, con la edad moderna y contemporánea; el siglo de las luces con el siglo de las........
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