El intento de asesinato a Trump y la crisis del régimen político estadounidense
Madeleine Freeman
Mientras su equipo de seguridad intenta sacarlo del escenario, un agitado Trump sale de debajo de un montón de agentes del servicio secreto y les dice “esperen, esperen”. Mirando hacia el público, levanta el puño y frunce el ceño. Con la sangre corriendo por su mejilla, grita “¡Lucha! ¡Lucha! ¡Lucha!”. En respuesta, el conocido grito de guerra de la extrema derecha de Trump surge de los miembros del público que momentos antes se escondían bajo sus asientos: “¡USA! ¡USA! USA!”
Esta escena llegará a definir las elecciones presidenciales de 2024, unas elecciones que expresan y han profundizado nuevas grietas en el régimen de un hegemón global debilitado que se enfrenta a una crisis del orden mundial neoliberal sin salida a la vista.
La imagen de Trump con el puño en alto tras recibir un disparo en un acto de campaña en Butler (Pensilvania) se viralizó en redes sociales con muestras de apoyo de sus bases. Elon Musk inmediatamente publicó en X su respaldo al ex presidente. El oponente de Trump, el actual presidente Joe Biden, y demócratas de alto perfil emitieron declaraciones condenando la violencia política en los términos más duros y expresando su gratitud por la supervivencia de Trump. La denuncia de la violencia chorrea cinismo imperialista, ya que se produce 24 horas después del brutal asesinato de más de 100 palestinos en una “zona segura” en Jan Yunes, apoyado por el régimen bipartidista estadounidense.
En estos días posteriores al tiroteo -que, además de las heridas leves de Trump, provocó la muerte de un asistente al acto y heridas graves a otro, así como la muerte del tirador a manos del Servicio Secreto- habrá miles de hipótesis sobre las razón del perpetrador, que fue identificado como un joven republicano de veinte años. Trump y sus partidarios aprovecharán el momento, demonizando al Partido Demócrata, a los inmigrantes, a la izquierda y a todos sus enemigos políticos. Mientras Trump llama a la unidad y llora la muerte de uno de los asistentes al acto -posicionándose como el mártir del pueblo-, sus partidarios intentan ligar a Biden con el intento de asesinato, diciendo que este es el siguiente capítulo de la persecución política contra Trump [tras las demandas judiciales que enfrenta] por parte del establishment.
Tras el caos generado en la situación nacional por el primer intento de asesinato a un ex presidente y candidato desde Ronald Reagan en 1981, empiezan a surgir tres hilos conectados. El primero es que el hecho coloca al republicano en una mejor posición en el contexto de una crisis extrema en el Partido Demócrata. En relación con esto, este intento de acabar con Trump por medios extrajudiciales es un ejemplo chocante de cómo esta crisis se extiende a todo el régimen, en una situación marcada por una polarización extrema y una profunda falta de confianza en las instituciones estadounidenses y descontento con el proyecto neoliberal. En tercer lugar, estamos entrando en un momento más reaccionario en el que la derecha está envalentonada y el régimen se reforzará contra la amenaza de la “violencia política”.
El atentado contra Trump se produce tras dos semanas tormentosas para el Partido Demócrata en las que la viabilidad de Biden como candidato presidencial prácticamente desapareció. Su pésima actuación en el debate presidencial de junio y sus posteriores meteduras de pata en entrevistas y apariciones en la cumbre de la OTAN amplificaron los llamados para que se baje y permita que un demócrata más joven se enfrente a Trump en noviembre, desatando una crisis que se estaba gestando desde hace tiempo.
Biden y Trump estuvieron cabeza a cabeza durante meses según la mayoría de las encuestas -con Trump por delante en la mayoría de los estados claves-, pero el evidente deterioro mental y físico de Biden amenazan con lastrar aún más sus perspectivas. La mayoría de los estadounidenses -cerca del 85%- cree que Biden es demasiado viejo para un segundo mandato (contra el 60% de Trump) y al menos el 67% cree que debería retirarse de la carrera.
Ante estas cifras y la preocupación por los votantes........
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