Rafael Alberti y «El sentido revolucionario de la copla popular». Su primer acto como poeta comunista
Tengo los zapatos rotos
de subir a la azotea
para ver si veo pasar
al valiente Salvochea.
El poeta portuense Rafael Alberti (1902-1999), autor de «Marinero en tierra» (1924), obra con la que obtuvo el Premio Nacional de Poesía al año siguiente, le dio la bienvenida a la proclamación de la Segunda República con la representación a cargo de la Compañía de Margarita Xirgu en el Teatro Español, de su drama en verso «Fermín Galán» (estrenado el 1 de junio de 1931), sobre el héroe de la sublevación republicana de Jaca -natural de San Fernando (Cádiz), escrito en forma de romance de ciegos. Ya entonces, y desde meses antes, este «poeta vanguardista» era considerado por la crítica literaria, junto con Federico García Lorca, el mejor poeta de una nueva pléyade de escritores, la conocida años después como «Generación del 27».
La evolución política de Rafael Alberti le llegó junto a la que será su esposa, la escritora y periodista María Teresa León Goyri (Logroño, 1903), cuando ambos emprendieron un viaje por Europa al principio del verano de 1931 al ser pensionada María Teresa por la Junta de Ampliación de Estudios del Ministerio de Instrucción Pública, que dirigía Santiago Ramón y Cajal (1). El viaje dio para mucho más que para estudiar las nuevas tendencias del teatro europeo, y por ejemplo, les permitió asistir los días 27 y 28 de agosto de 1932 al Congreso Mundial contra la Guerra y el Fascismo que los escritores Henri Barbusse y Romain Rolland organizaron en Ámsterdam. Este periplo fue interrumpido cuando estaban en Berlín, al ser invitado Alberti por el grupo literario «Mediodía» de Sevilla para actuar el día 30 de octubre de 1932 en el «Coliseo España» de la capital hispalense, en el Concierto de la Orquesta Bética de Cámara recitando su «Pájara Pinta» con música de Federico Elizalde. En Sevilla también fue invitado Alberti para dar una conferencia en el Ateneo, y tras unos días en Madrid siguieron con su viaje de estudios y partieron hacia Moscú a donde llegaron para participar en las fiestas por el aniversario de la Revolución soviética el 7 de noviembre de 1932.
Cuando a finales de abril de 1933 Alberti regresó a Madrid, ya era citado en la prensa por primera vez como el «poeta proletario y comunista», y su libro de poemas «Consignas», publicado por «Ediciones Octubre» en fecha tan significativa como el 1º de mayo de 1933, confirmaba esa transformación vital; no es casual que el poemario se abriera con esta cita de Lenin: «La literatura debe ser una literatura de Partido».
Aunque en realidad, su primera adscripción a esta nueva forma de pensar se manifestó un año antes, cuando la prensa conservadora El Debate calificaba de «comunistoide» la crónica que Alberti había enviado al diario El Sol -donde colaboraba con frecuencia- ensalzando la película «El Acorazado Potemkin» (de S. Eisenstein) que Alberti y María Teresa vieron en abril de 1932 en el Centro Socialista de la ciudad belga de Brujas. Esta película soviética, que «excitaba a la rebelión y al motín» -según El Debate– aún estaba prohibida en España y en otros muchos países europeos.
Rafael y María Teresa, poco antes de volver a Madrid, vivieron en Moscú las celebraciones del «Día Internacional de la Mujer» el 8 de marzo de 1933, donde los carteles oficiales llamaban a «Las trabajadoras contra la esclavitud», «¡Abajo la opresión de la vida doméstica!» y........
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