La revuelta agraria en Europa, expresión de la crisis de la UE. ¿Cuál es la salida?
La movilización sostenida y los métodos de acción directa del movimiento, que ha desbordado ampliamente a los sindicatos agrícolas mayoritarios, de los que desconfía, han generado un movimiento de simpatía en la opinión pública y, de paso, han dejado en evidencia la mansedumbre pacifista y pactista de las burocracias sindicales del movimiento obrero.
En un extremo, encontramos una mayoría de campesinos que trabaja en explotaciones familiares y se ve abocada a la ruina (el número de granjas europeas ha pasado de 15 a 10 millones en los últimos 20 años y en los próximos 15 desaparecerán otros 6,4 millones, según un estudio del Parlamento Europeo). En el otro extremo, grandes propietarios agrícolas que coparticipan, con los gobiernos, en la definición de la Política Agraria Común (PAC).
En el caso de Francia, el antagonismo entre los grandes empresarios agrícolas y las explotaciones familiares se manifiesta con claridad. En un extremo se encuentra Arnaud Rousseau, presidente del principal sindicato agrícola (FNSEA), dueño de grandes extensiones de cultivo y de un poderoso entramado de empresas, entre las cuales el gigante industrial y financiero Grupo Avril. La FNSEA es un poderoso lobby de los grandes agricultores que utiliza a un sector de los pequeños productores (obtuvo el 55% de los votos para las cámaras agrícolas en 2019). En las últimas décadas la FNSEA ha tenido la competencia de la Coordination Rurale (20% de los votos), que dice defender a los agricultores más pequeños, aunque permanece atrapada en una lógica productivista y chovinista.
La mayoría de las explotaciones agrícolas de Francia son de menos de 20 hectáreas, a menudo dirigidas por un solo agricultor, con una edad media de unos cincuenta años y en gran parte trabajando solo sus tierras. Con la concentración de las tierras y la riqueza, el número de agricultores en Francia es la cuarta parte de hace 40 años.
A la izquierda, se ha desarrollado la Confédération Paysanne (20% de los votos). Es miembro de la Coordinadora Campesina Europea, de Vía Campesina y Attac. Representa a los agricultores familiares y defiende una agricultura respetuosa con el medio ambiente, el empleo agrícola y la calidad de los productos. Se opone al productivismo desenfrenado de la PAC y participa en los movimientos en defensa del medio ambiente. Estas semanas ha protagonizado concentraciones contra las empresas de Arnaud Rousseau, como fue el caso el 9 de febrero, frente a la multinacional Avril, con consignas como ¡“Avril, depredador de la renta de los campesinos!”. Sébastien Vétil, de la Confédération Paysanne de Ille-et-Vilaine, declaraba mientras que “los anuncios del gobierno no nos satisfacen, denunciamos los acuerdos de libre cambio y el liberalismo alrededor de nuestras producciones agrícolas, que Avril simboliza”. Al mismo tiempo, denunciaba a Arnaud Rousseau como corresponsable y cogestor, junto con el gobierno Macron, de la política agrícola.
En otros países, como el Estado español, esta diferenciación no es clara y organizaciones que representan mayoritariamente a las explotaciones familiares como COAG van de la mano de las grandes patronales agrícolas, representadas en organizaciones como Asaja. En Italia los grandes agricultores están con la derecha de Salvini, mientras que muchas explotaciones familiares carecen de referencia política.
Hay que mencionar las maniobras y la competencia entre la derecha y la extrema derecha para capitalizar las protestas, cosa que se acentúa por la inminencia de las próximas elecciones europeas, donde las encuestas prevén un importante auge de la ultraderecha
También hay que señalar que los trabajadores agrícolas asalariados están ausentes de las movilizaciones, mientras en algunas concentraciones en el Estado español se han gritado consignas contra el salario mínimo, al gusto de las........
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