Declaración frente a las elecciones europeas 2024: Una salida socialista y revolucionaria ante la Europa del capital
Entre el 6 y el 9 de junio se celebran elecciones al Parlamento europeo. Vienen marcadas por el ascenso de la ultraderecha y el viraje generalizado de los gobiernos al rearme y al militarismo; por el racismo y la xenofobia institucional; por los ataques a las libertades y por el relanzamiento de la ofensiva contra los derechos sociales y laborales. Tienen lugar en medio del genocidio sionista en Gaza y del terrorismo de colonos y soldados en Cisjordania, y ante el avance de la ofensiva imperialista rusa contra Ucrania.
Son elecciones a un parlamento sin poderes, porque quien manda en Europa son organismos no electos, como la Comisión Europea, que responden ante los gobiernos alemán y francés y ante las grandes patronales europeas. En muchos países las condiciones para que fuerzas políticas minoritarias presenten candidaturas son prohibitivas. La UE es la Europa del capital, instrumento ante todo de los imperialismos alemán y francés para dominar los países del Este y del Sur e influir a escala mundial. Las proclamas de la UE sobre la democracia y los derechos humanos, son una farsa que cada vez más se contradice abiertamente con sus políticas.
Pero hay también otra cara de la realidad, en la que podemos apoyarnos, formada por las movilizaciones estudiantiles en muchos países de Europa en solidaridad internacionalista con la resistencia palestina y contra el genocidio sionista. Tenemos también batallas como las de la clase trabajadora alemana por el salario, las de las mujeres en defensa del derecho al aborto en Italia o las luchas en defensa del medio ambiente, que también abandera la juventud.
En el trasfondo está la decadencia de la Unión Europea (UE) y sus principales potencias que, en medio de la disputa inter-imperialista entre EE. UU. y China, juegan un papel cada vez más subalterno en la economía y en el orden mundial.
Alemania, la gran potencia de la UE, se halla estancada desde la ruptura del acceso al gas ruso y la guerra de agresión de Putin contra Ucrania. Su producción manufacturera está en retroceso y se ve amenazada por las exportaciones de China, de cuyo mercado, al mismo tiempo, depende. Actúa como un enano político en la arena mundial, plenamente sometido a EE. UU., como se expresa en el genocidio de Gaza.
La arrogancia de Macron no es capaz de ocultar el declive de Francia, expulsada de sus antiguas colonias africanas, con unos servicios públicos en caída libre, una economía que no levanta cabeza y un régimen político en crisis que, desde la lucha de los Chalecos Amarillos, es vanguardia en ataques a las libertades y represión de la disidencia. La verborrea de Macron sobre la “soberanía nacional francesa” no esconde su vasallaje ante EE. UU. en la masacre de Gaza y en los grandes asuntos internacionales.
La UE ha acordado recientemente que va a abrir una nueva y muy incierta ampliación hacia el este, mientras se acentúan las divisiones internas entre las diferentes burguesías y gobiernos europeos. Unas divisiones que hacen imposible la creación de un macroestado europeo que sería, de hecho, la única forma de que el capitalismo europeo no quede aplastado en el conflicto EE. UU.-China.
La decadencia europea reduce a cada instante el margen de maniobra de la UE y los gobiernos se lanzan contra las conquistas históricas que aún quedan de lo que conocemos como Estado del Bienestar. Si esto ocurre en Francia o Alemania, es aún más agudo en el resto. La UE ya ha acordado retornar a las reglas del llamado “pacto de estabilidad”, suspendidas desde la pandemia, con las que forzar los recortes sociales y laborales.
Uno de los casos más extremos de agresión social es Grecia (convertida, a partir de la traición de Tsipras en 2015, en una verdadera semicolonia), donde acaban de aprobar una ley por la que la jornada laboral puede extenderse hasta las 78 horas a la semana y que promueve contratos de semiesclavitud laboral y medidas anti-huelga. Portugal ha sido condenado a ser un destino turístico y área de extracción de litio para empresas extranjeras. Junto con los países del Este, forma parte la periferia europea semicolonizada. Países como el estado español, aunque cuenta con un capital financiero significativo, son también, cada vez más, países de camareros y empleos precarios.
La ofensiva contra las conquistas sociales que aún perduran, va inevitablemente acompañada de medidas de represión policial, judicial y de control social contra las diferentes formas de resistencia. Junto a Francia, Italia o Hungría, campeones europeos en materia represiva, los distintos gobiernos de la UE han reprimido las........
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