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¿Dónde está el movimiento de masas contra el cambio climático?

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03.10.2024

Por Carlos Sapir

Otro verano del hemisferio norte se acerca a su fin, y las notícias cataclísmicas del clima se han vuelto en rutina. Se trate de la superación semanal de récords de calor, o de tormentas e inundaciones catastróficas o de la muerte irreversible de los arrecifes de coral y otros ecosistemas, el clima del planeta ya ha llegado a un territorio desconocido. Estos acontecimientos se han vuelto tan rutinarios que incluso lamentarse de que se hayan vuelto rutinarios se ha vuelto rutinario. Ante esta enorme amenaza existencial para la humanidad, ¿dónde está el movimiento de masas para salvar el planeta?

La gente sabe que el cambio climático es verdadero

Hace una o dos décadas la reticencia a abordar el cambio climático podía atribuirse a la ignorancia o a la negación absoluta de la situación, pero eso ya no es una explicación convincente. Las encuestas de la ONU sugieren que más del 80% de la población mundial no sólo reconoce que el cambio climático es una amenaza real, sino que apoya conscientemente una mayor intervención gubernamental para detenerlo. Grandes mayorías reconocen igualmente que el cambio climático ya está afectando a las personas, que les afectará personalmente, y que no se está haciendo lo suficiente para detenerlo.

Mientras unos pocos medios de propaganda siguen repitiendo el mantra de que nada de esto está ocurriendo, la mayoría de los mayores contribuyentes al cambio climático -por ejemplo, los capitalistas de los combustibles fósiles- han pasado ahora a fingir que son parte de la solución al cambio climático y a posicionarse para establecer los términos y el ritmo de la producción de energía renovable. Las cumbres internacionales sobre política climática están ahora dominadas por los grupos de presión de las empresas petroleras. Los líderes mundiales (como la administración Biden) prometen inversiones para tecnologías “ecologicas” al mismo tiempo que amplían la producción de combustibles fósiles hasta cotas históricas.

Es la economía, tonto

Hasta ahora, los gobiernos y las instituciones internacionales han intentado desplegar métodos capitalistas para abordar el cambio climático. Se identificaron puntos de inflexión, se fijaron objetivos de emisiones, se firmaron tratados, se monetizaron las huellas de carbono, se incentivaron las tecnologías «verdes» y se dijo al mercado que se pusiera a trabajar. Pero los mercados son flexibles; en el momento en que cambian las condiciones de producción, un coste que era prohibitivo puede convertirse en una inversión lucrativa. El historial del capitalismo demuestra que incluso cuando se imponen costes y gran parte del mercado ha huido de una mercancía impopular y tabú, siempre habrá alguien que se abalance y proporcione financiación para lo que ahora se ha convertido en una inversión «infravalorada» (y, por eso, rentable). El resultado final es que, a pesar de los innumerables supuestos compromisos de transición a fuentes alternativas de energía, hoy se produce más petróleo que nunca.

Fundamentalmente, el capitalismo se basa en la expansión constante de la actividad económica; la única forma de que........

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