Lenin, el imperialismo y la mundialización
Roberto Laxe
Decía Trotski que el marxismo es una herramienta que de tanto afilarla, se puede mellar; y esto es lo que le esta sucediendo; de tanto «adecuarlo», esta perdiendo su filo revolucionario, dejando de ser la ciencia de la revolución y una guía para la acción. Lo están transformando en un simple método para explicar el mundo, ya desde el punto de vista filosófico, económico o social, pero no para servir a su objetivo central, la transformación socialista de la sociedad.
Tras la caída del Muro de Berlín y el «descubrimiento» de que tras él no había socialismo, sino unos estados que aún no siendo capitalistas, habían sufrido un profunda degeneración, se produjo un triple movimiento en la intelectualidad y las organizaciones que se reivindicaban del marxismo, unas, la mayoría, lo abandonaron formalmente y se disolvieron como el PC Italiano, otros, lo mantuvieron formalmente, mas en realidad asumieron las tesis del keynesianismo, y los terceros, intentando librarlo de la degeneración stalinista que lo había convertido en un catecismo, rompieron el nexo de unión entre Marx y el presente, el leninismo.
De éstos han desaparecido los grandes aportes de Lenin al marxismo, como la definición de la fase actual del capitalismo como Imperialismo, la teoría del estado, la ligazón entre conciencia sindical y conciencia revolucionaria a través del partido o la definición de «centralismo democrático» imprescindible para un partido que se plantea la toma del poder por la clase obrera y los oprimidos.
La burguesía a través de sus ideólogos y «estudiosos», para matar el carácter revolucionario del marxismo tiene que silenciar a Lenin, puesto que fue el leninismo como heredero directo del marxismo, el que demostró en la práctica toda la fuerza del pensamiento de Marx. Como dice un documental argentino, Lenin, Trotski,… y los bolcheviques «se atrevieron» a hacer la revolución; esa que Marx señalaba como el primer paso para superar la prehistoria de la humanidad y entrar en la historia, disolviendo las clases sociales.
La combinación entre degeneración stalinista y propaganda burguesa fue letal para el leninismo a lo largo de los últimos 20 años, pues ésta se apoyo en su campaña en la «momificación» que la burocracia soviética hizo de la figura de Lenin y la degeneración del estado surgido en la revolución de Octubre.
Para desgracia de todos ellos, la crisis detonada en el 2007 y sus consecuencias de crisis políticas generalizadas, con los picos de las revoluciones árabes, ponen de nuevo al orden del día la necesidad de volver a Marx, pero no al Marx como si fuera un pensador individual ajeno a la lucha de clases y la organización, sino al marxismo revolucionario, del que Lenin y el leninismo es una de sus patas imprescindibles.
En el prologo al libro de M. Husson El Capitalismo en 10 Lecciones, los autores hacen una afirmación que suena a novedosa: «El capitalismo ha conquistado todo el planeta y esta mundialización ha modificado profundamente la arquitectura del mundo»… Y lo explican, «La textura del sistema económico en la era de la globalización y la financiarización de la economía es, en sus aspectos fundamentales, la del modo de producción capitalista». Cierto, y hasta ahora los marxistas lo conocíamos como el Imperialismo, por eso surge la primera pregunta, cuando cambió «la textura» de la economía, en qué momento el imperialismo capitalista dejó paso a la «mundialización».
A esta costumbre de inventarse «nuevas eras», «arquitecturas» (vaya palabrita), cada vez que aparece un fenómeno nuevo, es a lo que Trotski se refería, por querer afilar tanto la herramienta del marxismo, se la puede mellar.
Veamos lo que decía Lenin sobre esa «mundialización» en El Imperialismo Fase Superior del Capitalismo: «El imperialismo es el capitalismo en la fase de desarrollo en que ha tomado cuerpo la dominación de los monopolios y del capital financiero, ha adquirido señalada importancia la exportación de capitales, ha empezado el reparto del mundo por los truts internacionales y ha terminado el reparto de toda la tierra entre los países capitalistas más importantes», en conclusión, «el imperialismo es la fase monopolista del capitalismo».
¡Este texto esta escrito en 1916! Y sospecho que la «arquitectura» de la economía no ha cambiado mucho. Pero ahora los «marxistas» no leninistas nos vienen descubriendo la mundialización de la economía.
Entonces, qué sentido tiene sustituir «imperialismo» por «mundialización» o en otros casos por «globalización capitalista». Para ello tenemos que salir de la economía para pasar a la política, a la renuncia a hacer la revolución socialista, que es el mellado que tanta revisión introduce en el marxismo.
La definición expuesta del capitalismo «mundializado» o «globalizado» excluye, como luego veremos, la existencia de países imperialistas y naciones oprimidas o colonias. Si el mundo esta «globalizado» o «mundializado», bajo el dominio de las multinacionales, como se dice ahora, la definición se queda en la primera parte, descriptiva, del razonamiento de Lenin, «El imperialismo es el capitalismo en la fase de desarrollo en que ha tomado cuerpo la dominación de los monopolios y del capital financiero…», pero excluye el segundo, la conclusión política de la caracterización: «…y ha terminado el reparto de toda la tierra entre los países capitalistas más importantes».
Las palabras no se usan por casualidad, sino que tienen un profundo contenido y unas consecuencias.
Hablar de «globalización», «mundialización», es una manera descriptiva de referirse al desarrollo de las leyes del capitalismo, el imperialismo; y como consecuencia de este carácter aséptico, se termina por negar la necesidad de la revolución para acabar con él.
El imperialismo como fase del capitalismo no niega las leyes de la economía descubiertas por Marx sino que las desarrolla hasta el final. De hecho, fue Marx el que entrevió estas tendencias cuando hablo de los «rentistas», que vivían del corte del cupón, refiriéndose al que en aquel momento ya apuntaba esos rasgos, Gran Bretaña.
Obviamente, ni Marx ni Engels podían prever hasta donde llegarían esas tendencias. Fue Lenin quien tras un debate que duró años y en el que participaron marxistas como Kautski, que defendían que el imperialismo era una política del capitalismo, y que luego elaboro la teoría del hiperimperialismo, otros, como Rosa Luxemburgo, que lo definían como la única manera que el capitalismo tenia de salir de su crisis, enfrentando a los pueblos y saqueando sus riquezas, mientras Hilferding, del que Lenin toma la caracterización central, defiende que el imperialismo es el capitalismo actual.
Por las consecuencias que tuvo para las luchas de liberación nacional y las revoluciones en los países coloniales como China, Cuba o Vietnam, quizás sea uno de los debates más importantes de la historia reciente.
Podría afirmarse que si, que Lenin tuvo razón, pero que ahora estamos ya en la fase de la «globalización capitalista», en un momento distinto al analizado por él.
Como toda discusión, para no ser escolástica y sin fin, tiene que ser comprobable en la práctica por lo que veamos los elementos que Lenin planteaba para definir al imperialismo.
Decía en la obra citada.
«… conviene dar una definición del imperialismo que contenga los cinco rasgos fundamentales siguientes: 1) la concentración de la producción y del capital ha llegado hasta un grado tan elevado de desarrollo, que ha creado los monopolios, los cuales desempeñan un papel decisivo en la vida económica; 2) la fusión del capital bancario con el industrial y la creación, sobre la base de este «capital financiero», de las oligarquías financieras; 3) la exportación de capitales, a diferencia de la exportación de mercancías, adquiere una importancia particularmente grande; 4) la formación de asociaciones monopolistas de capitalistas, los cuales se reparten el mundo, y 5) la terminación de reparto del mundo entre las potencias capitalistas más importantes». De lo que extraía la conclusión confirmada por la I y la II guerra mundial, «a partir de ahora solo caben nuevos repartos».
Continuaba más adelante, «La exportación del capital, una de las bases económicas más esenciales del imperialismo, acentúa todavía más este divorcio completo entre el sector rentista y la producción, imprime un sello de parasitismo a todo el que vive de la explotación del trabajo de unos cuantos países y colonias de ultramar». Países que llama «estados usureros», y que ahora con las crisis de la deuda pública adquiere todo su sentido.
Nadie niega la necesidad de revisar las aportaciones al pensamiento humano, de hecho se hace necesario cuando los cambios que se dan en la realidad van dejando obsoletas esas aportaciones; sea cual sea el ámbito. Pero lo que es irracional es abandonar una aportación, hasta que la práctica, la realidad no haya superado sus límites, y lo que nos dicen los datos actuales es que la caracterización de Lenin, de que el Imperialismo es la fase superior del capitalismo no ha sido superada.
De la misma manera que la superación dialéctica de El Capital podría ser El Imperialismo de Lenin, ¿la realidad nos conduce a necesitar ahora una superación de la obra de Lenin? Dicho de otra forma, las definiciones de los defensores del término «mundialización» o «globalización» añaden algo a las cinco características establecidas en la definición de Lenin, o son simplemente un retroceso a las políticas pre leninistas.
Porque esta es la cuestión. La revisión es bienvenida si aporta algo al programa de la revolución, como hizo Lenin con el Imperialismo, pues al hacer consciente el carácter de la época permitió a los bolcheviques tener una política clara frente a una guerra, la I, que era básicamente interimperialista.
¿Sustituir «imperialismo» por «mundialización» ayuda a comprender, y a tener una guía para la acción,........
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