La llegada del frío, con la consiguiente mayor presencia en espacios cerrados y no suficientemente ventilados, y las reuniones familiares y de amigos por las fiestas navideñas, está teniendo como consecuencia el aumento de las infecciones por virus respiratorios (covid-19, gripe, y virus sincitial) en el conjunto de la Unión Europea, con especial incidencia en Bélgica, Dinamarca, Grecia, Estonia, Letonia, Lituania, y Luxemburgo, según el Centro Europeo de Prevencíon y Control de Enfermedades, en su nota del 15 de diciembre de 2023. En España también se está notando con especial intensidad la ola de gripe estacional, con un aumento del 75 por ciento de los contagios en la semana 52 (y última del año 2023, del 25 de diciembre al 31 de enero), con un aumento de los ingresos hospitalarios del 60 por ciento, según datos del Instituto de Salud Carlos III. La tasa de gripe es de las más elevadas desde la pandemia del coronavirus. Todo cual está conllevando una saturación en los centros de atención primaria, servicios de urgencias, y plantas de hospitales. Por comunidades autónomas, la Comunidad Valenciana se encuentra especialmente afectada, al ostentar la segunda plaza, con 1.500 casos por cada 100.000 habitantes, doblando la media nacional de 953 (esta tasa se refiera al conjunto de los virus respiratorios), generando serias dificultades de gestión centros hospitalarios desde la Vega Baja hasta Castelló, pasando por Elda, Alicante, La Vila Joiosa, Alcoi, y València.

¿Qué hacer? Lo cierto es que siendo Europa un espacio de libre circulación de personas, precisamos de una estrategia europea contra los virus respiratorios estacionales, a los que se añade ahora a los habituales, la covid-19, en el marco de la Unión Sanitaria propiciada por la propia pandemia coronavírica. Pocos ejemplos hay tan claros como los virus y bacterias de “males públicos” transfronterizos, requiriendo por tanto un nivel de gobernanza transnacional, de modo que podamos contener las epidemias estacionales desde la planificación y la previsibilidad, superando el modo reactivo y el baile de medidas heterogéneas o de quita y pon.

Esto no es sencillo en el sistema de gobernanza multinivel que constituye la UE, con Veintisiete Estados miembros que ostentan la competencia en materia sanitaria, siendo varios de ellos estados compuestos o descentralizados como el nuestro, donde la competencia es ejercida por las regiones. Pero la Unión puede ejercer con mayor ambición la competencia de apoyo que sí tiene, proporcionando orientaciones más concretas y precisas para los Estados que quieran adoptarlas, y favoreciendo la coordinación de las medidas, en los tres frentes más determinantes: vacunación, ventilación, y protección.

Vacunación. La vacunación periódica contra la gripe es insuficiente, incluso entre profesionales sanitarios, a pesar de buenas medidas tomadas en países como España, con la administración conjunta con la inmunización contra la covid-19, y el adelanto de la campaña. En el conjunto de la UE, solamente el 51 por ciento del grupo de riesgo general (mayores de 65 años) se vacunó en la temporada 2021-2022, según la estadística de la Comisión Europea. En España, según la empresa de encuestas GAD3, para la temporada 2023-2024, solo el 44 por ciento de la población tenía intención de vacunarse (cayendo desde el 49 por ciento en el dato precedente). Es posible que la pandemia del coronavirus haya generado una cierta fatiga vacunal. Pero falta a escala europea una campaña pública de estímulo a la vacunación, con anuncios en los medios de comunicación, y fotos de personalidades y famosos inmunizándose, y sobre todo, con invitación a vacunarse por mensajería instantánea por parte de los sistemas sanitarios. Por otro lado, el necesario escalonamiento en la administración de la vacuna por grupos de edad y otros prioritarios, y la falta de claridad en la información publicada en algunos casos sobre el momento de apertura de la campaña para el conjunto de la población (caso de Comunidad Valenciana y Madrid), traslada la impresión de que la vacuna antigripal o contra el coronavirus es solo para la tercera edad.

Ventilación. Los espacios cerrados con insuficiente ventilación se constituyen en focos de contagio, como se puso de relieve durante la pandemia de la covid-19. Es preciso una adaptación general de innumerables edificios y espacios públicos o comunitarios en toda Europa. Paradójicamente, en esta categoría entran a menudo las salas de espera de ambulatorios y servicios de urgencia, como ha puesto de relieve la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria. Los fondos estructurales y de cohesión europeos deben ser utilizados para financiar esta renovación, que requerirá una inversión cuantiosa.

Protección. La cultura de la mascarilla ha progresado un poco, siendo habitual que algunas personas que presentan síntomas de catarro se la pongan. Más difícil resultaría socialmente la implantación obligatoria en determinados espacios (transportes, aglomeraciones) y momentos del año (otoño-invierno). Incluso su obligatoriedad en las instalaciones de salud pública, que parecería razonable, divide a la comunidad sanitaria, como pone de relieve el artículo “In Hospitals, Viruses Are Everywhere. Masks Are Not”, publicado en el New York Times el 2 de octubre de 2023, que sí pone de relieve la escabechina que hizo el Covid-19, variante ómicron, en pacientes con cáncer. En España, ante la ola de gripe del invierno 2023-2024, el Ministerio de Sanidad propuso el 5 de enero (con acierto) reponer esta medida a las Comunidades Autónomas, pero se entiende que sin vocación de permanencia. Una sencilla manera de estimular su uso general en centros de salud y hospitales de la UE sería ofrecer la mascarilla en la entrada, junto con el gel hidroalcóhólico, consideraciones de coste aparte.

QOSHE - Redoblar los esfuerzos contra los virus respiratorios: una perspectiva europea - Domènec Ruiz Devesa
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Redoblar los esfuerzos contra los virus respiratorios: una perspectiva europea

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09.01.2024

La llegada del frío, con la consiguiente mayor presencia en espacios cerrados y no suficientemente ventilados, y las reuniones familiares y de amigos por las fiestas navideñas, está teniendo como consecuencia el aumento de las infecciones por virus respiratorios (covid-19, gripe, y virus sincitial) en el conjunto de la Unión Europea, con especial incidencia en Bélgica, Dinamarca, Grecia, Estonia, Letonia, Lituania, y Luxemburgo, según el Centro Europeo de Prevencíon y Control de Enfermedades, en su nota del 15 de diciembre de 2023. En España también se está notando con especial intensidad la ola de gripe estacional, con un aumento del 75 por ciento de los contagios en la semana 52 (y última del año 2023, del 25 de diciembre al 31 de enero), con un aumento de los ingresos hospitalarios del 60 por ciento, según datos del Instituto de Salud Carlos III. La tasa de gripe es de las más elevadas desde la pandemia del coronavirus. Todo cual está conllevando una saturación en los centros de atención primaria, servicios de urgencias, y plantas de hospitales. Por comunidades autónomas, la Comunidad Valenciana se encuentra especialmente afectada, al ostentar la segunda plaza, con 1.500 casos por cada 100.000 habitantes, doblando la media nacional de 953 (esta tasa se refiera al conjunto de los virus respiratorios), generando serias dificultades de gestión centros hospitalarios desde la Vega Baja hasta Castelló, pasando por Elda, Alicante, La Vila Joiosa, Alcoi,........

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