Defender las ideas con las que no acabaron en Utøya
¿Qué lleva a un fanático a intentar matar a sangre fría a más de 650 jóvenes que se formaban en política? Hace 13 años, tal día como hoy, Anders Breivik se llevó por delante la vida de 69 jóvenes laboristas en la isla de Utøya. Un golpe durísimo para miles de jóvenes socialistas que cada verano, durante estas semanas, solemos reunirnos en Escuelas de Verano para inventar nuevos caminos desde la izquierda. Pero, ¿qué hizo ‘click’ esa mañana de julio en la cabeza de Breivik para que la radicalización en las ideas se tradujera en balas?
Fue el odio, un virus con el que juega el populismo y que en su última instancia desemboca en masacre. Pasó en Utøya en 2011 y se cultiva a diario en pleno 2024 a través de espacios físicos o digitales cuyo único objetivo es que nadie participe en política o, si lo hace, trabaje para destruirla por dentro. En eso se basa la ultraderecha, en azuzar el revanchismo contra gente que........
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