100 años del APRA: Haya de la Torre, el primer marxista de América
“Víctor Raúl Haya de la Torre fue el primer marxista de América. Nadie como él nos legó una doctrina, un modelo de Estado y un plan insurreccional marxistas, adaptados a la realidad continental”
Las posturas ideológicas de Haya de la Torre han generado un interminable debate, que deviene inútil cuando se sugiere que por abrazar el marxismo al comenzar su trayectoria, debió mantenerse siempre dentro de sus cauces. En el Perú estamos llenos de pregoneros del dogma inamovible, de guardianes celosos de doctrinas pasadas, de relojeros del ayer intentando que las manecillas de la historia giren en sentido inverso para retornar a utopías que jamás existieron
A todos ellos se los llevó la fábula, se los llevó rápido o se los llevará pronto. A Haya no, porque Haya comprendió al tiempo, comprendió al espacio y comprendió la historicidad. Cuando el leninismo se convirtió en estalinismo -léase la dictadura más larga, sangrienta y represiva de la historia- Víctor Raúl buscó mejores rumbos para América Latina, felizmente. Y no tuvo que esperar a que Karl Popper publicara La Sociedad Abierta en 1945. Víctor Raúl se le adelantó una década con su Sinopsis filosófica del aprismo. Pero no importa: si la academia no lo valida entonces no existe, como no existe la realidad española cuando no aparece publicada en la edición matutina del diario El País.
Pero sí hubo un Haya marxista, que coincidió casi exactamente con la trayectoria socialista de José Carlos Mariátegui. Ambos tuvieron una feliz y valiente coincidencia: a los dos les parecía que el marxismo debía adaptarse a la realidad local. Por eso la Internacional Comunista los botó a patadas a ambos. Primero a Haya en 1927 y después a Mariátegui en 1929, aunque luego Rabines limó asperezas entre el Partido Socialista del amauta y la Internacional a cambio de cambiarle el nombre a Comunista y someterlo sumisamente a sus designios.
Un marxista en formación
Perú hablemos del Haya marxista. A diferencia de su palpable desinterés por los bienes materiales, sus planes no eran para nada austeros. Sus viajes al interior del país, en 1917 y 1920, y a Argentina, Uruguay y Chile en 1922 lo convencieron de que había nacido para liderar la revolución latinoamericana. Víctor Raúl era demasiado líder, demasiado magnético, demasiado convincente y estas demasías resultaron a la postre un arma de doble filo. Un hombre, un ser humano y un líder pueden lograr muchas cosas, pero no basta la mera voluntad para cambiar los destinos de un continente.
Haya estudió la revolución mexicana, estudió la revolución rusa, estudió la teoría marxista en las mejores escuelas de Londres; se tomó muy en serio su formación para convertirse en ese líder cuyo destino manifiesto era la unidad de América Latina. Víctor Raúl miró a la Comintern, entendió que nadie podía ofrecerle mayores apoyos que los rusos. Ese fue el objetivo principal de su viaje a la Meca del comunismo y entonces las cosas comenzaron a complicarse. Viejos y duchos revolucionarios, los jerarcas soviéticos se admiraron del talento del........
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