Somos los del barro
No había en València dos amantes como nosotros. No había en València un clamor como lo nuestro. Caminando sin decir nada. Un paso tras el otro, con el nudo de la garganta deshaciéndose solo a ratos para levantar al cielo un grito desgarrador o para tragarse una lágrima rebelde. La gente callada, en silencio. Por los muertos. Por los que todavía no hemos encontrado. Por el luto. El silencio de los que ya no están. El silencio de los que todavía están en el poder impunemente mudos. Escobas y palas contra miserables y ladrones. No dejaremos que tengáis paz. Somos los del barro.
El barro que todavía entierra calles, casas y personas y que voluntarios y afectados quitan con uñas y dientes, mordiendo y arañando cada rincón con una membrana de esperanza. Y cuando la actualidad e imponga —que ya quiere empezar a hacerlo— y quiera........
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