Que les dejen en paz
Lo mejor que podría hacer un ilustre desconocido como Vicente Guilarte es callar. Este abogado nacido en Bilbao el 1953 preside, por accidente, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), del que es miembro desde que el 2013 fue nombrado vocal a propuesta del PP. Lo preside por accidente porque el mandato del organismo hace cinco años que caducó y es justamente el partido de Alberto Núñez Feijóo el que, en un caso claro de filibusterismo, se resiste a renovarlo, porque el llamado sector conservador —es decir, el suyo— perdería la mayoría que ahora tiene. Es como si hubieran hecho presidente al primero que pasaba por allí. Y esto es obvio que no le confiere ningún tipo de autoridad para hablar ni para nada, y menos para reprender cada dos por tres a los políticos que censuran la parcialidad con que actúan determinados jueces en relación con lo que bien puede bautizarse como causa general no contra el independentismo, sino en realidad contra Catalunya.
Cuando, por tanto, dice "que nos dejen en paz", haría bien en aplicárselo él mismo y en instar a todos los estamentos de la carrera judicial española para que dejen en paz a los políticos y a todos aquellos que creen que la justicia en España está podrida. Y es que si los jueces no hubieran decidido en su día hacer política para perseguir el proceso catalán, nada de eso ocurriría y un personaje de segunda fila accidentalmente colocado en la primera no debería quejarse de las descalificaciones que, con razón, reciben y que seguirán recibiendo mientras no cambien de actitud. Pero la realidad no es sólo ésta, sino que, además, resulta que ellos........
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