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¡Que se la paguen ellos, la fiesta!

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03.09.2024

No es extraño que las autonomías españolas acostumbradas a vivir con los recursos de los demás pongan el grito en el cielo cada vez que Catalunya reclama un sistema de financiación justo que cubra sus necesidades. Tienen razón cuando proclaman que si esto ocurre, a ellas les irá peor. Y, efectivamente, sería así, porque tendrían que cubrir los 20.000 millones de euros que cada año, entre todas, esquilman a Catalunya. Es el expolio fiscal que se llama, el “España nos roba” que tan poco les gusta, pero que tan real es cuando topa con reacciones de estas características. Dicho de otra manera, el día que Catalunya deje de pagarles la fiesta se tendrán que espabilar, y eso justamente es lo que no saben o no quieren hacer.

Con motivo están preocupadas. ¿Por qué de dónde saldrán las misas? Se tendrán que poner a trabajar y a producir como no lo han hecho hasta ahora, en lugar de vagar y esperar a que cada final de mes les caiga la paga sufragada con dinero de todos los catalanes, de los independentistas y también de los que no lo son, que no se piensen que por eso a ellos no les vacían los bolsillos exactamente en la misma proporción. Todo ello es lo que sucede siempre que desde Catalunya se pide una reforma que resuelva la infrafinanciación endémica que sufre, que ahora ERC le llama financiación singular y antes CiU, en la época de Artur Mas, le llamaba pacto fiscal. Un sistema, como el que preveía el nuevo Estatut aprobado por el Parlament el 2005 y recortado por las Cortes españolas el 2006, al estilo del concierto económico que tiene el País Vasco, con la diferencia, no menor, que sí prevé una cuota de solidaridad, pero que, si no es a determinar por la parte catalana, continuará siendo una vía de agua como lo es ahora. Y un sistema ante el cual, la respuesta de las autonomías parasitarias de toda la vida —las del PP, ahora que en España gobierna el PSOE, más el díscolo de cabecera de Pedro Sánchez, el presidente de Castilla-La Mancha Emiliano García-Page— es la de siempre, el eterno ritornello victimista que no se acaba nunca.

Más allá del griterío habitual, quienes levantan tanto la voz contra Catalunya en el fondo saben perfectamente que España —mande el PSOE, mande el PP o........

© ElNacional.cat


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